Segundo día en este palacio, era enorme y me sentía el tipo más afortunado del mundo, Paul seguía durmiendo así que decidí hacer un pequeño recorrido por el palacio. Me puse mi capa ya que empezaba a nevar Diciembre era mi mes favorito pero a la vez era el más frío. Por primera vez estaría sin preocupaciones de conseguir comida, de tener un lugar en el que refujiarme, dónde poder domir, era un sueño.
Caminé sin rumbo alguno, luego al dar la vuelta por ir distraído choqué con alguien, los libros cayeron al suelo haciendo un ruido sonoro ya que eran bastante pesados, me levanté y empecé a recoger los libros formándolos en un pequeño montón, la princesa estaba ahí tirada y le ayudé a levantarla, cuando lo hizo se alisó su vestido blanco con azul y dió un pequeño respingo.
-Lo siento-dije mientras le devolvía los libros
-Hmp-agarró los libros y se fue directa a lo que supongo que era su cuarto
Simplemente la miré mientras se marchaba, todavía que le pedía disculpas y le ayudaba a recoger sus libros ¡Se enojaba! Bueno, tal vez ella no me agradaba era demasiado formal y aburrida, se lo tomaba todo muy en serio. Supongo que era porque no había estado con otras personas y su vida siempre debía estar centrada. Salí a los jardines del palacio y todo estaba cubierto de blanco y hacía un frío inigualable, pensaba en todas aquellas personas que no tenían la misma suerte sobre todo, niños.
-¿Bonito, no?-preguntó una voz femenina
-Sí
-¿Está todo bien en su instancia Sir Atwood?
-Perfectamente, gracias-respondí
-Si necesita algo puede pedírselo a Lady Diana-dijo ella observándo curiosamente a unos pájaros
-Lo sé, gracias
-Vayamos al grano-habló Reneé-Pueden visitar cualquier parte de palacio excepto la habitación de su majestad, la de Lady Diana y la mía, también a algunas otras como la biblioteca real si necesita pasar a unas zonas como esta primero deberá hablar con la princesa ¿entendido?
Asentí, metí mis manos a los bolsillos y la miré fijamente, ella se volteó hacia mi y me observó también esperando a que pronunciara alguna palabra.
-¿Podré salir?-pregunté
-Solo si su majestad se lo permite
Malditas reglas, las odiaba y no las aguantaba, las detestaba odiaba todo aquello que tenía que seguir por naturaleza era un alma libre.
-Debería entrar, le hará mal el clima y lo último que necesitamos es que se enferme-dijo ella volteándose y entrando a palacio
La seguí y entré, Paul se había despertado ya.Fuimos a desayunar, el banquete era enorme había de todo un poco, pavo, fruta, cordero, era la gloria. La princesa como suponía que debía ser su lugar en el extremo de la mesa a su izquierda, Lady Diana y a la otra Reneé , en cambio Paul y yo nos sentamos en el centro disfrutando aquel manjar.
-Pronto se hará un baile de máscaras-anunció la princesa-Como cada año, en celebración al cambio de un nuevo año
-Pero su majestad-habló Reneé-¿Cómo celebrar un baile cuando su vida puede estar en peligro? Cualquiera podría ser su asesino
-Es una tradición familiar-respondió ella-Además Sir Winslet y Atwood estarán ahí cuidándome
Reneé parecía que iba a decir algo más pero se lo guardó para si misma, toda la mesa seguía en silencio hasta que terminamos, Paul se fué con Reneé a preguntarle sobre el tipo de armas que contaban en el palacio, ella se fue a enseñárselas, me invitó a ir Reneé pero le rechazé la oferta ya que las armas era más de Paul, a mi me gustaba más luchar cuerpo a cuerpo. Lady Diana se fue a seguir sus que haceres, quedándome con la princesa.
El silencio reinó, todo era un silencio sepulcral, se escuchaban si a caso los cubiertos pegar ligeramente los platos o las copas cuando las dejábamos en la mesa, Reneé regresó para pedir un cierto permiso que no alcancé a escuchar, una flecha a travesó la ventana cayendo justo a lado de la cabeza de la princesa.
-¿Qué fué eso?-pregunté
-Nada-respondió la princesa
Llegaron otra serie de flechas y en la última flecha parecía tener algo escrito, si esos bandidos lo hubiesen querio ya nos hubieran matado cosa que por suerte no fue así, me levanté sonoramente ya que la silla se deslizó atrás con un fuerte chirrido.
-¿¡Qué demonios fué eso!?-pregunté exaltado
-¡No le habl.....!-pero fue interrumpida por ella
-Está bien Reneé-habló la princesa-Son los secuaces de esas personas que me quieren asesinar, hemos recibido varios ataques pero nada grave
-Necesito que me mantenga informado, su majestad-hablé-¿Si no cómo quiere que la mantengamos a salvo?
-Yo te diré sólo lo que crea necesario que sepas-habló con autoridad
-Bien-dije enojado
-¡Bien!-contestó ella mientras se volteba y se iba
-Malditas princesas malcriadas, que piensan que son todo-estaba enojado, no, no estaba enojado ¡Estaba furioso!
Sólo por que era la princesa no tenía por qué hablarme así, he tratado de ser amable pero ella es insoportable, había conocido a damas así pero ella es tan testaruda y orgullosa.
Fui al patio y ahí traté de calmarme, me senté en un pequeño banco de mármol que estaba cerca de unos matorrales que daban un aspecto encantador, cerré los ojos y dejé mi cabeza atrás, oía, sentía, respiraba cada cosa de mi entorno, escuché unos pasos cercanos y luego sentí como algo filoso se ponía en mi cuello. Abrí un ojo y luego el otro ahí estaba un hombre que me miraba fijamente.
-Hey, hey, hey-hablé mientras trataba de calmarlo-¿No crees que es un poco inecesario la espada?
-¡Aarón!-gritó a lo lejos Reneé-Déjalo, esta de nuestro lado
El chico, ahora identificado como Aarón dió unos susurros inaudibles que claramente estaba pensando en matarme y que ahora gracias a Reneé no se había cumplido lo que iba a hacer, bajó lentamente su espada, la fulminó, luego a mi y nuevamente a ella me había librado al menos de momento. Luego de esa última mirada se fue y Reneé se acercó a mi.
-¿Estás bien?-preguntó
-Sí-respondí-¿Quién era ese?
-Es otro caballero, es muy solitario y refunfuñón
-Sí, ya me di cuenta
-Mientras no lo molestes o hagas algo contra la princesa todo estará bien así que no te preocupes-dijo esto último con un guiño
Recorrimos el palacio y dimos unas cuantas vueltas por él, cada cosa era increíblemente lujosa digno de un castillo. Cuando nos encontramos con Paul, a pesar que eran como las 5 de la tarde me fuí a dormir, tantos sustos no eran buenos.
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Dos mundos, un destino #Wattys2016
RandomElisa es una princesa que ha asumido el poder de su reino a temprana edad. Un día, recibe una carta que amenaza contra su vida. Elisa, decide buscar ayuda entre su pueblo y es ahí cuando un joven ladrón con su mejor amigo llegan a palacio. Con su ll...