8.¿Quién eres tú?

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Tocaron a mi habitación, suspiré y cerré los ojos, no es que me incomodara que vinieran pero necesitaba a veces mi espacio, dejé el cepillo en el tocador y me dirigía hacia la puerta para abrirla, ahí estaba Reneé, me observaba con sospecha e hizo una leve reverencia

-Reneé cuantas veces te he dicho que no hagas eso-dije con cierto reproche

-Elisa, pronto te casarás y tenemos que respetarte más que nunca serás reina, gobernarás y lucharás por tu gente no podemos ir de informales-habló ella con seriedad pasando a la habitación-Por cierto Sir Aarón ya está repartiendo las invitaciones, debemos empezar a hacer los preparativos y empezar a elegir el menú, los mú....

-Reneé relájate es solo un baile-le interrumpí

-Princesa no es cualquier baile es donde elegirá su futuro esposo-habló ella mientras se sentaba en una silla al lado del balcón luego llamó a Diana, ella llegó con una sonrisa y se sentó en un pequeño asiento sacando un pergamino y una pluma lista para escribir

-¿Dorado o plata?-preguntó Reneé

-Dorado, y que importa si es mi "futuro compromiso" es un baile más-me volteé y empezaba a tirar unas flores secas-además yo no quiero hacer esto es tan tedioso, vamos Diana, Reneé nunca me he divertido necesito disfrutar estos últimos días

-Pero Elisa, entiende no siempre vas a poder escapar de tus decisiones ¿sabes? Necesitas dejar a un lado tus diversiones para ocuparte del reino-habló esta vez Diana viéndome fijamente-Y nosotras no podemos por tradición tú tienes que escoger todo ¿Pato o pavo?

-Por favor no pido nada siempre he estado tras estos muros, siendo una señorita, callándome todo y aguantando a insoportables condes o tipos aprovechados con estos vestidos que hartan que ni siquiera te dejan moverte-expliqué estaba frustrada-No saben lo que daría por ser una más y pavo

-Princesa no sabe lo que dice usted es afortunada nunca va a pasar nada malo la protegeremos-dijo Diana-¿A qué hora empezará el baile?

-Y eso es justamente lo que yo no quiero, quiero arriesgarme y sentirme viva por un día como lo fue cuando con Sir Atwood y me enseñó el pueblo un día es lo que pido-me senté y las observaba fijamente-A las nueve y media se servirá la comida y a las diez empezará el baile

-Vamos Elisa, solo tienes que elegir concéntrate no es tiempo para discutir-y con eso me callé y seguí contestando a numerosas preguntas

Después de lo que fue aproximadamente unas tres horas en elegir distintas tonalidades se fueron y caí rendida en mi cama.

Corría mi vestido ahora era rojo dejando a un lado el blanco que llevaba, el castillo ardía en llamas, todos Aarón, Reneé, Diana, Paul y Jonathan estaban tirados en el suelo, Jonathan tenía una mano tendida hacia donde yo estaba pero su mirada estaba fría sin vida al igual que él, tropecé con una roca haciendo que mis pies se enredaran con el vestido, el hermoso recogido que llevaba se deshizo dejando caer mi cabello, el sudor me empapaba y sentía como el corazón estaba a punto de salirse era mi fin, aquella figura estaba acercándose más y más el filo de su cuchillo dejó caer unas gotas de sangre deslizándose a un ritmo lento, atropelladamente me traté de parar pero me agarró de la muñeca haciéndome caer una vez más, una risa se escuchó ahora éramos solo él y yo levantó su cuchillo y risas por todos lados, era un ciervo y él era el cazador había llegado mi hora, me miró una última vez listo para encajar el cuchillo.

Era un sueño, todo había sido un sueño, el sudor me empapaba y mi respiración era acelerada, me toqué la mejilla y estaba húmeda estaba llorando en sueños, el reino, todos ellos muertos y yo manchada de sangre, no podía, ya no, la boda, el baile, un reinado, era demasiado, no podía seguir así necesitaba irme y rápido, agarré y me puse un vestido sencillo color beige era hermoso y discreto este a diferencia de la mayoría no era con volumen era liso y fue de mi madre, agarré el vestido verde y uno azul con blanco, me cambié a otro vestido este era el más discreto era rosa pálido, agarré un poco de oro y comida. Salí de palacio era hora de comenzar algo nuevo era hora de valerme por mi misma salí por la cocina y me dirigía hacia la puerta trasera de este pero se tenía que pasar por el laberinto ahí solía ir de pequeña cuando llegué al centro lo vi por última vez con cierta nostalgia, aquí venía a jugar y mi papá me acompañaba contándome historias de princesas que se casaban por amor y luego seguí mi camino pero algo o más bien dicho alguien me agarró

Dos mundos, un destino #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora