12.La elección

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La luz entró por mi venta, por primera vez en mucho tiempo deseé que esta no saliera, era el gran día, el día en el que decidiría todo. Tocaron a la puerta y respondí que entrasen, era Diana y entró con una sonrisa.

-Elisa, ya es el gran día-dijo ella-Hay que empezar a prepararla

La mañana continuó como siempre, pero ya al ser las seis empezaron a arreglarme Lady Diana y Reneé. No había visto ni a Aarón, Paul o Jonathan...lo cual me preocupaba, pero sabía que estaban bien en el fondo.

-Elisa, he hecho una de mis mejores confecciones en cuanto tu vestido-dijo Diana, a pesar de su corta edad era muy buena haciendo vestidos y ese tipo de cosas-Espero que te guste

Puso un hermoso vestido azul rey, era bastante grande justo como me gustaban, en la parte del corsé tenía unas hermosas joyas y encaje, al igual que unos pequeños pliegues que hacían que fueran todavía más hermoso. En la parte de la falda, tenía pequeñas flores hechas con la misma tela, era simplemente perfecto. La máscara tenía unas plumas de pavorreal, así que iría disfrazada así, era en el centro una gran joya tornasol y las plumas salían con un brillo espectacular. Diana sonreía mientras veía mi rostro de felicidad.

-Y también te hice un vestido a ti Reneé-dijo Diana con una sonrisa traviesa

-Estás loca si crees que me voy a poner un vestido-habló Reneé

-Por favor-suplicamos Diana y yo

Reneé rodó los ojos y aceptó bastante a regañadientes. Empezaron conmigo ya que era la que más iba a tardar, al fin y al cabo era la princesa. Me pusieron el vestido el cual me quedaba como un guante, es decir perfecto. Pasamos al cabello y me lo alzaron completamente, algunos rizos caían dándole un aspecto juvenil y me colocaron una pequeña tiara con piedras azules. Estaba hermosa y no es que me considerase linda, era normal pero esta vez me sentía realmente bonita.

-Estás preciosa-dijo Diana mientras juntaba sus manos admirándome-Digna de una princesa

Sonreí por su comentario, luego al poco tiempo Lady Diana y Reneé estaban igual de preciosas. Diana utilizaba un vestido coral que llegaba un poco arriba del tobillo, su corsé tenía pequeños garabatos bastantes lindos y su máscara al parecer era igual coral con un peuqeño peluche. Mientras Reneé utilizaba un vestido morado un poco más pegado resaltando su muy buena figura resultado del entrenamiento que llevaba y su máscara era igual morada con pequeños detalles dorados y unos bigotes junto con una diadema que tenía unas orejas de gato. Las tres estábamos listas.

-Reneé que me atropelle una carroza si hoy no traes a un montón de chicos detrás de ti-dije sonriendo

-Yo no tengo tiempo para eso princesa, además que no me interesan-dijo ella orgullosa

-No le interesan porque a Reneé ya la tiene Paul-dijo cantando Diana

Reneé al escuchar tal comentario abrió los ojos y se sonrojó bastante, Diana moría de la risa ya que sabíamos todos que esos dos se gustaban pero Reneé al ser tan orgullosa con sus sentimientos le costaría admitirlo.

-Vamos Reneé-dije cantando-¿Por qué no te diviertes hoy con Sir Paul?

-Primero es su protección, princesa-respondió ella sonrojándose aún más, me pregunto por qué

-No creo que pase nada malo-dije resoplando

-Nunca se sabe-dijo ella un tanto dramática

Era el momento, teníamos que aparecer. Diana y Reneé se adelantaron para recibir a los invitados. Caminaba por el pasillo pensando sobre Jonathan, su pasado era demasiado fuerte, había cometido cosas horribles. Sabía que no era nadie para juzgarlo pero simplemente lo que había hecho estaba mal... Los violines empezaron a sonar anunciando mi entrada.

Dos mundos, un destino #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora