Desperté en una pequeña cabaña, el fuego de la chimenea estaba ardiendo y un fuerte dolor de cabeza se apoderó de mí. El miedo me invadió y traté de levantarme, desafortunadamente fue un intento fallido ya que mi cuerpo no me lo permitió debido al dolor.
-Será mejor que no te muevas-habló una voz masculina-Estas demasiado herida y si te mueves vas a volver a abrir tus heridas
La voz masculina se acercó a mí, desvelando a un chico de unos diecinueve años con cabello negro como la noche y unos ojos igual de negros. Era delgado y tenía un atuendo despreocupado. Se sentó en una silla que estaba al lado de la cama en la cual estaba acostada.
-¿Quién eres tú?-pregunté desconfiada
Me miró y por sus ojos pasó un centello de diversión, alzó un lado de su comisura en señal de una sonrisa.
-Lo mismo te iba a preguntar a ti-respondió él-Mi nombre es Tomás, pero dime Tom, así que ahora te toca presentarte
Era un completo extraño y no sabía si podía ser algún aliado del príncipe Miller así que decidí mentir sobre mi nombre.
-Me llamo Zoey-contesté
-Un placer Zoey, ¿eres nueva en el país?-preguntó Tom mientras mojaba un trapo en agua caliente para luego apretarlo y que saliera, me puso el trapo en un costado de mi abdomen haciendo que doliera, una mueca de dolor apareció en mi rostro.
-Algo así-respondí con dificultad, si iba a tener un nuevo nombre debería de tener una nueva historia, no confiaba todavía en él. Si llegase a saber que soy la princesa me podría devolver al palacio y yo no podía volver ahí, no aún-Tuve que huir de mi antiguo hogar, me perdí en el bosque y unos lobos aparecieron, a partir de ahí no recuerdo más
-Normal, un lobo te tenía presa, estaba a punto de matarte, por suerte estaba cazando cerca de ahí cuando oí tus gritos-explicó él mientras volvía a mojar el trapo y repetía el mismo proceso que la vez pasada-Cuando logré hacer que la manada se fuera me acerqué rápidamente a ti, estabas llena de rasguños y al parecer cuando el lobo te tiró te pegaste con una roca, ahí seguramente fue cuando perdiste el conocimiento
Yo no lograba recordar nada de eso por más que intentase, en un momento dirigí mis dedos hacia mi cabeza para tocarla, podía sentir unos puntos en ella, asustada aparté la mano, todavía mi cuerpo me dolía.
-¿Por cuánto tiempo me has cuidado?-pregunté
-Aproximadamente han sido dos meses, te diste un buen golpe-contestó Tomás-¿Tienes a dónde ir después?
-No, la verdad es que no, podría ir a buscar a un amigo pero ni siquiera sé si siga aquí-dije
Hizo una mueca en señal de disgusto, se levantó y se fue a la chimenea a mover la madera para que hubiese más fuego.
-Entonces supongo que puedes quedarte-habló Tomás volviéndome a ver-La cosa es que nosotros no sobrevivimos de un trabajo honrado si me permites decir
-¿A qué te refieres con eso?-pregunté
-Bueno, desde que la princesa murió, el rey Miller ha tomado el reino en su poder, no sé si usted estaba enterada de que se iban a casar, al parecer la estúpida de la princesa le cedió el poder en caso de que algún inconveniente pasase-explicó Tomás-Pero contestando tu pregunta, hemos tenido que llegar a la medida de robar, el país está hecho un caos hay asesinos, robos, delincuencia y todo lo malo. Las personas como yo que antes éramos honradas necesitamos robar de todos aquellos que fueron beneficiados por el rey
-No puedo creer que Miller haya hecho eso, ese hombre no merece estar en la corona-dije con impotencia, del coraje me había logrado levantar, pero solamente el torso, quedando así sentada en la cama-Disculpa mi comportamiento, ¿entonces solo has estado viviendo por el medio de robar?
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Dos mundos, un destino #Wattys2016
CasualeElisa es una princesa que ha asumido el poder de su reino a temprana edad. Un día, recibe una carta que amenaza contra su vida. Elisa, decide buscar ayuda entre su pueblo y es ahí cuando un joven ladrón con su mejor amigo llegan a palacio. Con su ll...