27.Rebeldes

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Pasaron unos cuántos días después del baile y ya estaba casi recuperada, todavía sentía un poco la cojera pero ya era casi mínima. Salí a dar una vuelta por el pueblo, esa noche teníamos otro trabajo por hacer.

Estaba todo bastante tranquilo, me gustaba a veces irme a las afueras del pueblo y me sentaba en la pradera a mirar el paisaje. Me senté y el aire era penas una pequeña brisa en ese día soleado, el pasto se movía de acuerdo al viento. Cerré los ojos y todo era silencio, estaba demasiado silencioso para mi gusto. Continué con los ojos cerrados y agudicé mis sentidos, una ramita crujió, estaba preparada.

La persona salió de su escondite lista para darme un golpe, pero yo fui más rápida. La detuve y le agarré el brazo aplicándole una llave haciendo que la tumbase en el suelo, la tenía bien apresada

y jalé lo suficiente del brazo para provocarle dolor pero sin llegar a fracturarlo.

-Basta-suplicó una voz femenina-Quién iba a decir que la princesa supiese pelear

Abrí mis ojos asombrada, ella sabía quién era yo en realidad. Estaba en peligro, si eso significaba acabar con su vida así sería, aunque realmente nunca lo había hecho. Pero ahora era más importante seguir oculta, pero necesitaba saber cómo es que ella sabía que yo era la princesa.

-No sé de qué estás hablando-dije-Yo no soy ninguna princesa

-Vamos Elisa, no te hagas la inocente ahora-dijo ella con una sonrisa-Eres una niña muy mentirosa, ¿es que acaso nunca te enseñaron a no mentir Elisa? O mejor dicho Zoey...

-¿¡Quién demonios eres tú!?-exigí

-Mi nombre es Adelia-respondió ella sonriendo-Ya me conoces

Adelia, ¿ella no era la chica que estaba con Jonathan?

-¿Qué quieres?-pregunté enojada

-Te quiero a ti-respondió ella-Te necesitamos, pero sería mejor si tuviésemos esta plática como las personas normales, así que te agradecería si me sueltas

-¿Cómo sé que no me vas a hacer nada?-pregunté desconfiada

-Es obvio que tú eres más fuerte que yo, así que no dudo que podrías acabar conmigo si llego a intentar a hacer algo

Me levanté y la solté, por algún motivo la odiaba. Aunque claro, sabía porque la odiaba. Adelia, se inclinó y se arrodilló, agachó su cabeza y puso su puño en el suelo.

-Alteza, le ruego por favor en nombre de los rebeldes que nos ayude a derrocar al rey-dijo Adelia-

Soy la líder de los rebeldes y vengo a suplicarle en nombre de todos ellos que nos ayude

¿La líder de los rebeldes? Mi ira estaba al máximo

-¿¡Estás loca!?-exigí y gritaba-¡Tú me intentaste matar! Y ahora vienes por mi ayuda, que patética

Adelia me miró fijamente a los ojos, estaba furiosa pero no más que yo.

-Créeme venir a pedirte esto a ti es lo más bajo que pude caer-dijo Adelia levantándose-Eres la última persona a la que se lo pediría pero eres nuestra única salida, así que por favor ayúdenos

-Ni loca-grité-Ustedes me trataron de matar, así que no les ayudaré

-La verdad es que lo tratamos de hacer sí, lo admito pero era porque pensábamos que estaríamos mejor sin usted-habló con vergüenza Adelia-Pero me equivoqué, son tiempos difíciles y necesitamos de usted, si tan solo dijese que es la princesa

-No me creerían-interrumpí-La princesa está muerta, ¿recuerdas? Además puedes hacerlo tú, eres la líder de los rebeldes al fin y al cabo

-Lo sé, pero usted es la heredera y a mí la vida en el palacio no me apetece-dijo ella sinceramente-La gente la seguiría, solo demuestre que usted es la verdadera heredera

Dos mundos, un destino #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora