16.No mires atrás

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Apenas había visto a Elisa, cuando la veía simplemente no podía acercarme a ella ya que Paul me había dicho que el príncipe había dicho que no se me permitiera acércame a Elisa sino tendrían la orden de matarme. Tenía que hacer algo, el príncipe Brown no me daba para nada buena espina, sus ojos eran simplemente fríos y sentía su odio hacia mí. Él sabe que Elisa es mi punto débil y él sabe que yo le importo demasiado a Elisa pero ella simplemente no se da cuenta de lo que pasa, porque al fin y al cabo ella es demasiado inocente.

Iba caminando por los pasillos cuando la voz del príncipe se escuchó.

-¡No me interesa estúpido!-gritó-Necesitamos hacer que su muerte parezca un accidente

-Pero príncipe Brown matar a la princesa Elisa después levantaría sospechas-dijo una voz masculina

-Entonces haremos que Elisa firme y haga que mis derechos como futuro rey de Elleyia empiecen a ser funcionales, solo en caso de emergencia-Brown habló con cinismo

-¿Y está seguro de que la princesa acepte?-La otra voz habló

-¡Por supuesto que lo hará, es demasiado estúpida!-dijo feliz-Solo seré su príncipe azul y ella caerá ante mí y como todavía cree en el amor verdadero estoy seguro que hará todo lo que le pida, ahora vuelve a tus deberes

Escuché los pasos acercarse a la puerta, rápidamente me escondí en una entrada que estaba cerca de ahí. Tenía que hacer algo, sabía que si corría con Paul no me creería ya que él piensa que todo lo estoy haciendo por celos, con Reneé pasaría lo mismo y Aarón estaba más apartado desde la muerte de su hermana. Estaba solo y necesitaba hacer algo.

Atravesé los pasillos del palacio, tendría que empezar a ser más precavido que nunca y vigilar a Elisa todo el tiempo que pudiese, si era necesario no dormiría. Un montón de gente corría de un lado para otro, estaban acomodando sillas en el patio, mientras varios trabajadores empezaban a hablar entre ellos, solo observaba atentamente.

-Recuerde que estas flores deberán ser entregadas para pasado mañana ya que la boda real será ese día-le dijo una muchacha de aproximadamente veintitrés años a un señor de cuarenta años

¿Acababa de decir aquella chica boda real? Sí, definitivamente había escuchado bien. Elisa se casaría y el príncipe estaba cada vez más y más cerca de su objetivo, matarla.

Sabía que el príncipe había dado la orden de que no me acercase para nada a Elisa lo cual sería difícil de hacer ya que los guardias estaban por todos lados desde el ataque de los rebeldes.

Por ir metido en mis pensamientos choqué con alguien, un quejido femenino resonó.

-¡Mira por dónde andas!-gritó aquella voz femenina

-Lo siento Reneé, no te vi-me disculpe y extendí una mano para ayudarla a levantarse, ella la aceptó y se levantó

-Bueno, pues deberías empezar a ver por tu alrededor eh Atwood-dijo Reneé con una sonrisa de lado-Y dime, ¿a dónde vas con tanta urgencia?

-A buscarla-respondí

-¿Te dijo Paul acerca de las órdenes del príncipe verdad?-me preguntó nuevamente y yo asentí, a lo que ella se agarró y negó suavemente con su cabeza-No te rindes, como sigas así te va a matar, pero eres lo suficientemente necio para que eso te llegue a importar

-Vaya, quién diría que estás empezando a conocerme-dije sonriendo

-Bueno, hay que ir conociendo a la familia-dijo con una sonrisa Reneé

Si no veía a Reneé sonreír no lo creería, a veces dudaba que ella tuviese tales emociones.

-¿Vas a ir cierto?-preguntó con un suspiro

Dos mundos, un destino #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora