1.La carta

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Banquetes, personas que me atiendan, vestidos, un lugar donde pasar el frío invierno, todo esto es tan...tan...tan rutinario, por un momento de mi vida qusiera ser normal una chica de afuera y sentir la libertad en mi boca, olerla, sentirla y sobre todo vivirla. Desde que mis padres murieron he estado secuestrada en propio castillo, todos los de aquí me mantenían a salvo de allá.

Unos pequeños golpecitos a mi puerta sonaron sacandome de mis pensamientos haciendo que volviera a mi triste y aburrida realidad.

-Adelante-dije sentada en mi cama

-Hola, su majestad Elisa-dijo Diana, ella es mi amiga pero se encarga de mantenerme en castillo, avisándome cuándo hay que comer, etc

-Hola, Diana-dije feliz de que estuviera aquí

-Bajemos Reneé ya nos está esperando para el té-dijo Diana invitándome a salir

Simplemente asentí, Reneé era como decirlo una protectora bueno en si era la versión femenina de un caballero de la mesa redonda, algo raro para una chica pero la consideraba tan buena amiga como Diana. Recorrimos los pasillos del castillo hasta llegar a un pequeño jardín en el que estaba un pequeño kiosko con tres tazas de té, ahí estaba Reneé ya sentada esperando por nosotras

-Su majestad-dijo Reneé haciendo una reverenacia

Notablemente hice un gesto de disgusto odiaba que me llamaran por "su majestad", odiaba que me trataran como si fuese alguien más importante y superior que los demás, sabía que esto era parte del respeto pero lo odiaba, lo odiaba.

-Ya les he dicho a las dos que simplemente me digan Elisa-dije frunciendo el ceño

-Pero-interrumpí a Reneé

-Pero nada-dije

Las tres nos pusimos a charlar sobre una que otra cosa, sobre las siguientes decisiones que debería de tomar para mi o mejor dicho nuestro pueblo.

-Está por cumplir 18, sabe que la ley dicta-nuevamente interrumpí pero esta vez a Diana

-Sé perfectamente lo que la ley dicta y en cierta parte lo cumpliré, porque esa fue la voluntad de mi padre y madre-dije con tristeza en la voz

-O, su maje...perdón Elisa llegó una carta para ti-dijo Diana entregándome un sobre con un sello rojo en el frente

Abrí con cuidado la carta ya que si era algo importante no quería romperla para nada, fui abriendo la carta poco a poco y poniendola en frente mia para empezara leerla.

"Querida princesa Elisa, espero que disfrute cada día de su vida porque pronto se terminará, la mataremos tal y como lo hicimos con su padre, no intente salir mas allá de las frontera de su reino porque si no obedece la gente de su pueblo pagará las consecuencias"

El sobre resvaló de mis manos y me quedé en shock, alguien quería matarme y no sé siquiera el porqué, debía de hacer algo daría siempre mi vida por el de mi pueblo pero si podía atrapar a esos asesinos lo haría antes de que ellos me mataran.

-¿Elisa?-preguntó Diana preocupada-¿Qué pasó?

-L-la carta-contesté tartamudeando

Reneé recogió la carta y por lo que pude ver ella repasaba cada punto y coma de la lectura una y otra vez, al final arrugó el papel con su mano y lo tiró lejos.

-Maldición...-susurró ella llevándose las manos a la cabeza

-Debemos de hacer algo-dije decida

-¿Pero qué?-preguntó ella-solo somos tres y con usted cuatro en todo este castillo

-Una recompensa, pagaré a alguien por mi seguridad y para que atrape a ese infeliz-dije mientras agarraba una hoja y un bolígrafo

"Se ofrecerá recompensa por aquella persona que esté decidida a proteger a la princesa por bien del pueblo y suyo, acérquese al palacio"

Listo, tal vez no era un gran cartel pero alguien vendría o eso esperaba, salí de palacio y lo colgué en una pared, luego volví a palacio y esperé a que alguien acurriera a mi ayuda, puede que no fuera la mejor persona de todas pero al fin y al cabo yo los protegía a todos ellos no de manera directa pero siempre estaba con ellos.

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Listo, este es el primer capítulo de esta historia que espero que les guste, ojalá comenten que les pareció, besos.

Dos mundos, un destino #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora