42. La boda

144 14 4
                                    

Llevaba a Elisa cargando en mis brazos, ella seguía respirando lentamente. La llevé hasta su habitación y la recosté sobre su cama. Helen venía detrás de mí, pero se mantenía a una distancia prudente. Salí de la habitación en busca de un doctor que pudiese atender a Elisa. La guerra aún continuaba pero no me importaba, lo primordial era salvarla.

Los médicos estaban curando a nuestros heridos en el campo de batalla. Una chica de cabellera negra cuidaba a un herido. La agarré del brazo y ella forcejeaba.

-Tranquila, no te haré daño-expliqué mientras le soltaba el brazo-Es la princesa, está inconsciente

La chica inmediatamente supo que era de vital importancia, se volteó y le gritó a otra chica llamada Sara que también estaba cuidado heridos que si la podía cubrir. La muchacha de cabellera negra me seguía de cerca ya que la guerra aun continuaba y de vez en cuando algún traidor se nos aventaba encima para matarnos, yo simplemente lo dejaba inconsciente. Cuando entramos a palacio inmediatamente subimos por los escalones, ahí estaba Helen con las lagrimas saliendo de su rostro.

-Necesito que espere a fuera señor-dijo tranquila la joven muchacha-Disculpe, pero ¿podría ayudarme ahí adentro?

Helen asintió y se levantó, las dos entraron a la habitación. Estaba realmente impaciente pero no podía dejarla sola. Mi hermano se me cruzó por la mente, así que decidí ir a buscarlo, total así mataría un poco el tiempo.

Corrí en busca de mi hermano, la respiración ya estaba bastante agitada pero tenía que encontrarlo, liberarlo y llevarlo con la chica de cabellera negra lo antes posible. Iba recorriendo cada calabozo y torre, desesperado empecé a buscar en las habitaciones. Hasta que por fin di con ellos Paul, Reneé y Aarón estaban tirados en el suelo con bastantes heridas, eran graves pero vivirían. Inmediatamente me acerqué a ellos y los desaté.

-Hermano, que alegría que volviste-dijo Paul abrazándome-Ya era hora

-Lo siento

Volteé a ver a Reneé y Aarón. Reneé estaba bastante enojada lo noté inmediatamente y Aarón solo estaba cruzado de brazos, sonreí era tan característico de ellos. Los extrañaba, creo que al final formamos poco a poco una familia. Reneé dio un paso más cerca hacía mí y por primera vez en su vida vi como se le descomponía su mirada y empezaba a llorar. Luego, levantó su mano dándome una cachetada.

-Eso por desaparecer-gruñó Reneé-¿Sabes a caso lo preocupados que estábamos por ti? ¡No volviste ni siquiera!

-Reneé, ¿podemos dejarlo para al rato?-pregunté inquieto-Es Elisa, la dejó inconsciente Miller

-Ese imbécil-rugió Aarón-Juro que lo mato

Le di una mirada a Aarón el cual comprendió rápidamente. Inmediatamente los tres nos movimos a la habitación de Elisa. Todavía no había rastro de la chica médica. Los tres estábamos en silencio. Mi corazón juraba que se escuchaba a kilómetros de distancia, la ira me consumía ya que no podía hacer nada. Si tan sólo hubiese sido más rápido nada de esto hubiera pasado. Pronto los gritos en el patio sonaron, la guerra había finalizado. Curioso, me acerqué a la ventana y vi que todos celebraban nuestra victoria.

Cuando Elisa estuviese bien sabía que tanto Reneé, Aarón y mi hermano se relajarían y accederían a curarse. Las puertas de la habitación se abrieron y corrí hasta la chica. Ella me miró seria y bajó su mirada. No había necesidad de decir palabra alguna, me abalancé hasta donde estaba Elisa, ahí se encontraba parecía que dormía, estaba tan tranquila y automáticamente recordé una noche en la que me había colado a su habitación y la había visto dormir. Se veía exactamente igual, aunque sabía que esta vez no iba a despertar.

Dos mundos, un destino #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora