6.La salida

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Estaba rezando, no era por mi era por todos los que se habían quedado en este castillo, hubiese dado mi cabeza si fuera por mi desde hace tiempo, así no viviría con angustia pero si yo muriera, ¿que sería del pueblo? Eso no me lo podía permitir y menos ahora que sabía que estaba cerca mi supuesto final

-Elisa, no sabía que rezabas-habló una voz masculina

-¿Que haces aquí?-pregunté

-Tu sabes solo daba una vuelta y me topé aquí-responidó el desinteresadamente

-Pues debe saber sir Atwood que este es un lugar prohibido

-Ya te he dicho que me digas Jon-dijo él con un cierto enfado y caminando hacia mi-Si este es un lugar prohibido y decidieran atacarte ahora mismo y estuvieses sola ¿seguiría siendo prohibido, estaríamos sin poder entrar y ver como te matan?

-No-respondí indignada

-Anda, salgamos de aquí y vayamos a dar un paseo-dijo haciendo un movimiento de cabeza señalando la entrada de la capilla

-¿Es acaso usted ateo?-pregunté

-No, es solo que yo lo hago de otro modo-contestó

Los dos salimos de la capilla y empezamos a caminar por la nieve, los dos disfrutábamos del paseo, veíamos de vez en cuando como las aves emprendían su vuelo al sur

-Dime Jonathan, ¿cómo es afuera de estos muros?-pregunté con cierta curiosidad deteniendo el paseo

-¿Nunca has salido del castillo?-preguntó él a lo que yo negué con la cabeza-¡De lo que te pierdes! Es muy alegre a pesar de como estamos económicamente, bailes, amantes, juegos y todo lo que te puedas imaginar

Me imaginé eso, debería ser genial poder estar ahí afuera, corriendo y sin preocuparte por protocoles reales, la reputación de país, entre otras cosas más. Jonathan se quedó pensativo y por la sonrisa que tenía en su rostro era algo arriesgado, pronto me vió y dudó en decirme o no lo que estaba pensando

-Vámonos y cambiate de ropa a lo mas sencillo que tengas-dijo con esa sonrisa confiada

-¿Que planeas?-pregunté divertida

-Tú y yo saldremos hoy a tu pueblo, anda muévete no tenemos todo el tiempo

Accedí divertida y me fui a cambiar como dijo él a lo más sencillo que tenía, un vestido verde esmeralda con toques dorados y en el centro blanco con mangas de terciopelo, me solté el cabello dejando mis ondas al descubierto para tratar de pasar desapercibida entre las personas, nunca me había considerado una belleza pero esta vez había algo en mis ojos que me hacia ver hermosa. Me repasé unas cuantas veces en el espejo y me sonreí a mi misma, agarré una capa de color verde y me la puse, cuando salí Jonathan estaba tratando de darles de comer a unos pájaros

-¿Que tal?-pregunté dando una vuelta

-Algo verde y destacado-respondió él aventándoles la comida a los pájaros y viéndome-pero pasable

Sonreí, lo juzgué mal era un buen hombre al fin y al cabo, él parecía ir planeando cada uno de los lugares que visitaríamos, estaba loco pero me agradaba su locura. Nos salimos por una puerta que solo los del castillo conocíamos, me sentía nerviosa al fin sabría lo que había detrás de estos muros, si no fuera porque mi vida corriera riesgo saldría todos los días

-Bien Elisa, ¿por dónde te gustaría empezar?-preguntó divertido

-Sorpréndeme

Una chispa en sus ojos apareció respondiéndome en mi petición, puso su brazo para que lo agarrara y yo acepté de inmediato su presencia hacía que estuviese calmada, hoy solo sería una chica como cualquier otra

Dos mundos, un destino #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora