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CAPÍTULO FINAL CORTO.

 —Mi bebé bueno será todo un artista arrasando en Seúl —dijo la madre de Jungkook al teléfono, seguramente hablando con una de sus tantas amigas—. Si, pensamos trasladarnos con él...

—Es extraño como ahora luce encantada de que vaya a dedicarme a la música, ¿no te parece? —comentó Jungkook desde la mesa del comedor, masticando pollo frito que sostenía con sus palillos.

—A veces pienso que las terapias le hacen bien, y soy compasivo con ella y dejo que no regrese con la psicóloga y vuelva a la "normalidad" de su vida, pero, es como si cada vez su actitud fuese más errática —murmuró cabizbajo el señor Jeon, haciendo rodar una pieza de pollo frito sobre su plato—. ¿Es mi culpa él que te haya hecho tanto daño?

Jungkook quiso decirle que sí, que en parte fue su culpa por no haberse dado cuenta del tipo de abuso que ejercía su madre sobre el menor creyéndolo un objeto de su propiedad y no un ser humano al que tenía que tratar como a un hijo. No obstante, no tenía corazón para decírselo, el señor Jeon era tan bueno, que en sus ojos Jungkook encontraba la paz, entonces todo estaría bien.

—No ha sido tu culpa papá, has tratado de ayudarle, pero no puedes ayudar a alguien que no quiere ser salvado.

 Luego de lavar los trastes Jungkook subió a su habitación y se dejó caer sentado en el suelo con las piernas cruzadas al estilo indio, siguió empacando ropa en la maleta abierta a su lado, pensó en que debía meter más ropa abrigada, luego su vista se posó en un objeto que no sabía si se llevaría consigo a Seúl. 

Acarició las curvas de aquella guitarra acústica de color azul, la cual había apodado de manera cariñosa como Blue, sonriendo para sí mismo. No tenía buenos recuerdos de cuando su padre le regaló un instrumento como aquél y luego su madre la rompió, rompiendo con ella sus ilusiones de aprender a tocarla. Taehyung le había devuelto aquellos sueños al regalarle aquella guitarra para navidad, todavía recordaba su felicidad al dársela, se había gastado bastante dinero en ella, uno del que carecía para darse tales lujos, aún así se la regaló. 

 Cruzó las piernas al estilo mariposa sobre su cama y tanteó las cuerdas de Blue e inmediatamente la melodía que había estado aprendiendo los últimos días.

 Paper Hearts, de Tori Kelly. A la cual le había estado dando sus propios toques últimamente. ¿Podía alguien que nunca le amó gastar tanto en un objeto como aquél?  

"En un mundo donde todo es gris y monocromático, tu pintas el mio de un sinfín de colores. Feliz navidad." 

 Eso decía la tarjeta que le dio ese día junto a la guitarra. Odio estar dirigiendo sus pensamientos a la misma persona, una y otra vez, debía centrarse en sí mismo, no en lo que dejó atrás, no cuando lo dejaron a él atrás. 

 ¿Taehyung pudo haberle mentido sobre nunca haberle querido? Sospechaba que así fue, pero ya no había nada que hacer, porque estaban rotos, habían arriesgado demasiado, Jungkook entregó todo y el aún así se fue, aunque no hubiese querido, aunque estuviese herido o asustado. Sea lo que sea, le dejó como si el miedo hubiese sido más fuerte que el amor que le decía tener. Y Jungkook lo odiaba, lo odiaba porque lo mantuvo alejado de Taehyuna en sus últimos días. 

  Taehyuna...

 No se lo había dicho a nadie pero, unos días atrás le había llegado un correo en nombre de la chica, como si hubiese estado programado, y no tuvo el valor de abrirlo, pero justo en ese instante buscó su teléfono y lo abrió sin rodeos.  Era un vídeo, frunció el ceño y lo descargó para ver de que se trataba. 

Bad Reputation -Taekook/Vkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora