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 Contuvo la respiración a medida que Taehyung extendió una mano, acariciando con parsimonia el borde de su mandíbula, dejando caricias suaves y una sensación electrizante a su paso. Jungkook le sostuvo la mirada, no queriendo despegarse de aquel toque. El mayor pasó sus caricias a la clavícula del menor, una que quedaba a la vista por el cuello en v de su camiseta, de inmediato y casi sin darse cuenta los pezones de Jungkook se endurecieron, y el menor no tuvo más remedio que encogerse, avergonzado.

—Lindo —se rió Taehyung por lo bajo, ya lo suficientemente cerca como para que los muslos de Jungkook estuviesen peligrosamente alrededor de su torso—. Eres la definición de lindo.

—Cállate —pidió Jungkook con una voz que salió demasiado ronca para su gusto.

Divertido, el de cabello color plata se atrevió a pasar un mechón de cabello rebelde de Jungkook por detrás de su oreja, el castaño cerró momentáneamente los ojos ante el contacto, las alarmas en su mente gritándole que se alejara, que diera un paso atrás y se fuera, pero no quería hacerles caso a esas alarmas. Al abrir nuevamente los ojos se encontró con un Taehyung que ya no parecía divertido, estaba serio.

—Deberíamos volver con los snacks —murmuró Taehyung, su vista fija en los labios del menor—. ¿Verdad?

—Sí, deberíamos.

Pero lejos de volver a la sala, de donde provenían las risitas de Namjoon y Taehyuna, Taehyung toco los labios de Jungkook con las yemas de sus dedos, presionando el inferior con su pulgar y durando ahí más tiempo de lo necesario, el mayor pensó que eran suaves y apetecibles, como todo Jungkook en general. Por su parte el castaño tenía la mente nublada, no sabiendo que hacer, pero sintiéndose de alguna manera bien con lo que sucedía. Tragando saliva nuevamente Jungkook se atrevió a rodarse un poco hacia delante sobre la butaca, por fin quedando muy cerca de Taehyung, sus torsos a milímetros de tocarse, sus respiraciones volviéndose una sola.

—Contare hasta tres y debes alejarte, por tu propio bien —advirtió Taehyung bajando las manos pero manteniendo la cercanía—. Uno.

Jungkook no se alejó.

—Dos.

Tampoco lo hizo.

—Tres —y dejando salir aliento pesado de su boca Taehyung tomó a Jungkook por la nuca, acercándolo a su rostro peligrosamente, sus narices chocando por la rapidez del movimiento.

Jungkook creyó que iba a morir en ese instante, su cerebro no pudiendo procesar nada, hasta que un carraspeo los hizo sobresaltar a ambos y el castaño no tuvo más remedio que empujar a Taehyung por reflejo y girar la cabeza hacia la puerta de la cocina, encontrándose con un chico pelinegro que no conocía.

—Siempre tan oportuno Kim Seokjin —negó Taehyung con la cabeza, volviendo al otro lado de la barra decepcionado, muy lejos de Jungkook.

—Siempre de puto Kim Taehyung —se rió el recién llegado mirando a Jungkook con una ceja arqueada—. ¿Es este del chico que me hablaste?

—Ajá, Jungkook este es Seokjin, mi jefe —presentó el dueño de la casa señalando a cada uno por separado—. Y este es Jungkook, como es evidente.

El mencionado enrojeció hasta las orejas. 

—Si no me dices no me doy cuenta —siguió burlándose el pelinegro extendiendo una mano hacia Jungkook para estrecharla—. Un gusto.

—Igual —Jungkook aceptó la mano, sintiéndose nuevamente fuera de su zona de confort, y tan pero tan avergonzado por la manera en la que los pilló a punto de besarse.

El tal Seokjin era guapo, lo que hizo a Jungkook sentirse amenazado, y parecía de esos tipos alegres a los que a todo el mundo le agradaban, sus hombros eran muy anchos, aunque no parecía ser un adolescente, tal vez tenía unos veintitantos.

Bad Reputation -Taekook/Vkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora