cybersex ♡ hyunin (vieja versión)

[♡] Final.

—¡Hyunjin!—. Jeongin chilla riendo recibiendo beso tras beso en su cuello de manera juguetona por su novio quien olfateando su olor, sentía su corazón latir tranquilamente —¡Para, me haces cosquillas, tonto!

—¡Aceptaste ser mi novio, no me pidas que pare, estoy feliz, y tu olor no ayuda en nada, mi omega tiene un olor adictivo!—. El más alto exclama con una sonrisa apretando el cuerpo de su ahora novio contra su pecho.

—No es para tanto, ¡solo te di un sí!

—¡¿Estás consciente de todo el tiempo que me hiciste esperar?!—. Maldice en voz alta. —¡Pareció una eternidad, me sentía en un jodido reino de desesperanza al ser evadido por ti de esa manera, perdí la esperanza de poder estar junto a ti, nunca vuelvas a hacer sentir a tu alfa de esa manera!

—Yo siempre quise ser novio de Hwang Hyunjin, el maldito alfa que todas las chicas morían por parecer un maldito Dios bajado del Olimpo, ¡pero papá no aceptaba que estuviese contigo, no te aceptaba como mi alfa! Y vamos, tenía razón, nunca le diste buena espina, ¡ni siquiera a mi!—. Ríe apartando al mayor para acomodar su cabello. —¡Quién diría que también puedes ser meloso, después de todo, alfa tonto!

—Sé que fui malo al inicio, precioso, pero no puedes culparme por una vida que se me fue impuesta sin querer, lo importante es que estamos juntos, y seremos felices después de todo lo que sucedió, era un alfa perdido hasta que me salvaste—. Suspira pesadamente. 

—No quiero hablar de eso, estoy cansado de todo eso, ¿podemos solo sentarnos aquí y relajarnos después de todo lo que hemos pasado?

—Lo lamento, entiendo que eres él más afectado con todo esto, prometo no hablar de esto nunca más, ¿vale?—. Hyunjin le atrae entre sus brazos recargando su mentón sobre la cabeza del menor. —¿Quieres ir casa?

El clima estaba agradable.

El parque estaba casi solo a pesar de encontrarse en hora pico.

—Vamos—. Se puso de pie. —Algún voy a hacerme un tatuaje en esa tienda de ahí.

—Pensé que ya tenías suficiente con el tatuaje en tu cuello—. Alza sus cejas confundido.

—Es una marca de nacimiento, hyung, no es lo mismo—. Rueda sus ojos ante la terquedad de su novio con su marca.

—Las marcas también cuentan historias, como la marca que he dejado en tu cuello la noche anterior, omega, ¿por qué nunca me la has contado?

—¡Tal vez pronto, hyung!—. Exclama mientras sonríe viendo sobre su hombro, viendo a aquel chico escondido tras el árbol con agradecimiento, y pena —¡Algún día sabrás de la marca, ahora, andando, quiero que me folles tan bien hasta que te diga te amo!

—¿Qué tal el cibersexo que me prometiste darme de nuevo después de la primera vez?

—¡Solo si me prometes mimos y ver las estrellas conmigo esta noche!

El chico escondido tras el árbol solloza escondiendo su cuerpo mientras recargaba su espalda contra el tronco tras verlos marcharse tomados de la mano.

—Algún día, tú, yo, estararemos de nuevo con él—. Trató de confortarlo. —Serás tu, seremos nosotros, todos nuestros yo del pasado que no pudieron cumplir su deseo más grande, estar al lado del hombre de su vida, y estaremos de nuevo a su lado para poder amarlo, Jeongin, solo espero que puedas perdonarme por no poder haber hecho las cosas de otra manera.

—¿Seré yo quien viva, podré sentir su cuerpo abrazando el mío, sus besos, ver su sonrisa de nuevo por las mañanas?—. Su destrozada mirada se alza, un último destello de esperanza en su mirada.

—Te lo prometo—. Sus labios se estiran en una sonrisa grande, extendiendo su mano. —Hora de volver.

Con un último respiro viendo aquel parque, que tan bien conocía, acepta la mano que se le es extendida.

Al volver a su realidad, nada era igual.

Las madres de Hyunjin no existían.

Sus padres no tenían la menor idea de quien era Hyunjin.

Sus amigos nunca escucharon antes ese nombre siendo el de un estudiante más.

Pero su recuerdo vivía en su mente, recordándolo en cada segundo de vida.

Parado frente a la puerta que cruzó infinidad de veces, traga grueso para deshacer un poco el asfixiante nuevo que le prohibía respirar correctamente.

La perilla es girada por una mano temblorosa y tan pronto como la puerta es abierta deja que el llanto que era retenido estallara, cualquiera que escuchase dicho llanto podría pensar que algo había pasado, y no estarían equivocados.

El departamento seguía siendo el mismo.

Cada mueble.

Cada cuadro.

Cada detalle.

Todo seguía igual.

Se acercó temblando hasta el sofá reviviendo la última vez que habían estado ahí, juntos, y abrazo uno de los cojines soltando cada resto de su tristeza en ese llanto.

Su olor.

Su recuerdo.

Su presencia.

En su tristeza, halló la calma.

En su agonizante dolor, encontró paz tras sentirlo ahí.

Dormía en su cama, donde tantas veces le hizo sentir valioso con su toque.

Jeongin podía sentir la cama hundirse cada noche a su espalda.

Unos brazos fuertes siempre le sostenían, aliviando su angustia.

"Este es mi regalo para ti, Jeongin.

Podrás sentirlo siempre a tu lado."

Esa noche, Jeongin con sus ojos cristalizados, pero con una sonrisa de calma en sus labios, mantenía las largas cortinas del ventanal abiertas.

Dejaba que la luz de las estrellas acariciara su rostro, cerrando sus ojos recargando su anhelante piel contra el toque.

Siendo capaz de sentir como una mano todas las noches siendo espectador del mar de estrellas, acariciaba tiernamente su mejilla.

Jeongin no dejo de observar las estrellas por el tiempo que le restó en esa vida.

Jeongin no dejó de sentir aquellos brazos tan familiares abrazándolo todas las noches.

Jeongin nunca se sintió triste.

Jeongin sabía que el estaba a su lado en todo momento.

Viéndolo desde las estrellas.

Hasta su último respiro.

—Jeongin.

Abriendo débilmente sus ojos.

Sonrió apenas pudiendo ver una silueta alta parada justo a su lado.

Una brillante lagrima cayó de su ojo.

—Si viniste—. Su voz se quebró.

—Siempre voy a venir por ti, cariño, ahora andando, es hora de ser felices.

F I N.

♡ ♡ ♡

Yo, he literalmente, llorado escribiendo este epílogo.

Si estas en el grupo, probablemente escuchaste mis audios llorando.

Espero de corazón les haya gustado.

¡Todavía nos queda camino por recorrer!