cybersex ♡ hyunin (vieja versión)

[♡] 4.

¡Apoyen "Just... So Feminine?" que les va a encantar!

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Jeongin no podía sacarse de la cabeza a aquel apuesto chico, y era demás decir que no lo observaba en clase ya que, afortunado o no, destino o no, le había tocado en el mismo salón que a él, de esa forma todo sería más fácil. Joder, las ganas que tenía de estar de rodillas en ese momento entre las piernas del chico y chuparle la polla como un desquiciado.

—Jeongin —el maestro llamó, golpeando con papeles hechos un tubo en la butaca de su alumno.

—¿Qué pasa, maestro? —pregunta sonriendo como niño bueno, incluso si los cuernos sobre su cabeza lo delataban.

—¿Estás prestando atención a clase?

—¡Claro que sí, maestro! —se muestra aparente indignado. —¿Qué clase de pregunta es esa?

—Entonces no sería un problema para ti decirnos de que hablábamos, ¿no?

Maldito maestro de filosofía, Jeongin lo detestaba, ¿pero quién se creía que era para interrumpir sus pensamientos y verlo como un estúpido? ¿Qué no sabía que la perra del diablo siempre iba un paso adelante de todos? Por eso, sonriendo y acomodándose en su lugar, lo mira fijamente.

—No es un problema, maestro, hablaban del poeta ruso Yevgueni Aleksándrovich Yevtushenko quien a parte de ser considerado uno de los mejores poetas, incursionó en el mundo del cine como guionista, actor y director, tampoco hay que olvidar que invirtió tiempo de su vida siendo un maestro de universidad —lame sus labios jugando con la punta de su pluma dentro de su boca. —¿He olvidado algo, maestro?

—No, Jeongin, lo hiciste muy bien —sonríe falsamente. —Volviendo con la historia...

Jeongin bufo rodando sus ojos, era el mejor de su puta clase y el mejor chupando una polla, ese viejo podía irse a joderse, ¿se creía capaz de retarlo? Parecía que seguía molesto tras encontrarlo de rodillas, entre las piernas de su hijo y en su propia casa.

—Maestro, debería ayudar a Jeongin, después de todo ha reprobado esta clase desde el inicio del semestre, ¿no es así? —alza su mano la peor perra en esa escuela, en el mal sentido, Jeongin detestaba con su vida a Yiren.

—Deberías cerrar la boca y concentrarte en seguir siendo la más puta de esta escuela, querida—sonríe cínico sin quitar su mirada donde escribe apuntes.

—Eso te lo dejo a ti.

—Es bueno que lo sepas, cariño, por que hasta en eso soy mejor que tú, ¿no te jode?

—¡Concentrate en no ser un puto inútil y dejar de reprobar!

—No reprobaría los exámenes o proyectos de no ser por personas que no saben diferenciar su vida laboral y personal, ¿no es así, maestro?

—Basta los dos, sigamos con la clase.

Jeongin no dijo nada más para concentrarse en clase, en vano, obviamente. Por más que diera su esfuerzo, iba a reprobar. Puto maestro, quería patearle las bolas tan duro hasta escucharlo llorar.

Al ver de nuevo al Adonis de sus recientes fantasías se encontró que él también lo observaba, con curiosidad, pero también con advertencia.