cybersex ♡ hyunin (vieja versión)

[♡] 24.

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El gran día de la presentación había llegado y Jeongin estaba comiéndose—no literalmente, ya que eso arruinaría sus manos—las uñas de los nervios, y no es que dudara de sus habilidades para bailar, sabía que lo haría estupendo e impresionaría a todos los presentes en el auditorio de su instituto, su nerviosismo era causa de las palabras que Hyunjin le había dicho esa mañana tan seriamente; "tengo una sorpresa muy especial para ti, Jeongin"

Y no tenía ni la menor idea de que podía ser aquello que Hyunjin le estaba preparando con tanto recelo, pues se mostró renuente a revelar aunque sea un pequeño detalle de su sorpresa, alegando que dejase de ser tan entrometido y esperase a verla, pero... ¡¿Qué demonios estaba esperando él, de Jeongin, siendo la persona más desesperada del jodido mundo?!

Quería cogerlo de las bolas y apretárselas tan fuerte hasta que le dijese, pero no habría posibilidad ya que en ese preciso momento eran cerca de las 4 de la tarde y debían estar a las seis en su instituto, apenas había salido de bañar y tenía mucho por hacer, prepararse de pies a cabeza y también preparar una pequeña maleta para el viaje que Hyunjin le comento que harían a la casa de sus padres a las afueras de la ciudad, una preciosa casa de campo muy apartada donde sus gemidos no serían escuchados por ningún ser vivo.

—¡Jeongin, date prisa cariño, debemos salir en media hora! —Jackson le gritó desde el otro lado de la puerta, sabiendo que en un momento como ese Jeongin no desearía ser molestado, y probablemente le arrojaría algo víctima de su estrés, lo sabía perfectamente.

—¡¿Media hora?! —chilla horrorizado viendo el desorden sobre su cama. —¡No es suficiente tiempo!

—¡Debes hacer que sea suficiente, nos vemos abajo en media hora, te esperaremos! —y lo último que escucho fueron sus pasos alejándose.

Jeongin tiró de su cabello estresado y comenzó a guardar cada prenda doblada cuidadosamente dentro de su maleta cuidando guardar las más especiales para los largos días que tendría junto a Hyunjin ese fin de semana, los cuales estaba ansiando con todo su ser.

Tras terminar su maleta suponía que le restaba poco más de veinte minutos así que se puso en marcha dentro de su armario y cogió las prendas lavadas, planchada y perfumadas minuciosamente y se las colocó con delicadeza para evitar cualquier imperfección sobre ellas y una vez vestido se coloca sus zapatos momentáneos mientras que los que usaría sobre el escenario los guardo en su maleta con otras dos pequeñas sorpresas, Hyunjin ni sus padres tenían conocimiento de aquello, era como una pequeña sorpresa que pondría en juego su destreza y fluidez sobre el escenario. Nadie sabía de aquello, y le encantaría ver las mandíbulas desencajadas de los espectadores una vez lo vean.

Corrió hasta su tocador y se sentó en su pequeña silla blanca con cojines rosados para maquillarse muy apenas pues dentro de la sencillez estaba la belleza más pura, aunque la mayor parte de su vida se metía esa sencillez por el culo como si fuese la polla de Hyunjin, le gustaba ser extravagante.

—Listo cinco minutos antes —suspira con el corazón acelerado viéndose al espejo, fue interrumpido por el sonido de su celular, el cual toma emocionado pensando que es un mensaje de Hyunjin, pero es de un número desconocido, leyendo el mensaje una gran confusión le llena, sonriendo en su interior con maldad. —¿Así que jugaremos de esa manera, cariño?