cybersex ♡ hyunin (vieja versión)

[♡] 2.

OBRA INSPIRADA EN SU TOTALIDAD EN LA CANCIÓN "CYBERSEX" DE DOJA CAT EN CONJUNTO CON "SAY SO"

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Jeongin se quitó su ropa lentamente frente a la cámara, siempre cuidando tener su rostro fuera de la cámara, el chico se masajeaba el bulto entre sus piernas mordiendo su labio, estaba realmente excitado observando al hermoso chico frente suyo desvistiendose volviendo loco frente a la cámara. La piel era nívea, aparentemente suave al tacto, sus pezones eran rosas, deliciosos como dos fresas, sus labios rojos como cerezas eran constantemente humedecidos y el chico sentía como poco a poco sus bolas pesaban al ver tal escena sensual frente a sus ojos.

—Joder, eres realmente precioso, Jeongin—. Gruñe el chico excitado sacándose la polla, la cual Jeongin vio con deseo. —¿La quieres, no? Se ve en tu mirada, pequeña puta.

—Si, papi, quisiera que estuvieras aquí—. Muerde sus labios fuertemente cuando el deseo de chuparle la polla le abunda. —Pero quisiera más que estuvieses follando mi culo en este momento.

El chico comenzó a masturbarse cuando Jeongin mostró frente a ma cámara su culo y entrada en medio de dos preciosos glúteos que lucían deliciosos para azotar. El menor llevó sus dedos lubricados con su saliva hasta su entrada y tentó al otro chico tanteando su arrugada entrada sin meter los dedos, le gustaba jugar, mantenerlos gimiendo y calientes. Así el sexo era mejor, desenfrenado.

—Mete tus dedos dentro de tu delicioso agujero, precioso, o voy a molestarme—. Su voz engrosada gracias a la excitación hace gemir a Jeongin quien mete sus dedos y el chico sonríe caliente al ver como esa abertura se ve tan linda sosteniendo algo dentro de ella. —Tu culo se ve tan magnífico con algo dentro de él, Jeongin, ¿quisieras esta polla dentro tuyo, no es así?

Jeongin vio la gran polla frente suyo, era grande, gorda y pesada. —La quiero dentro mío, papi, se ve tan grande, podría hacerme sentir tan bien.

—Si estuviera ahí, no estarías hablando, estarías gritando por más, pidiéndome por esta polla como lo que eres, una pequeña zorra que ama las pollas.

Jeongin aceleró los movimientos de su mano penetrando su entrada de manera más veloz y dura cuando el hambre le bañó de manera precaria, quería esa polla frente a su rostro, chuparla, golpearla contra sus mejillas y labios y no parar de disfrutar como una buena polla sabía.

Su muñeca comenzó a doler, indicador de que debía apurar las cosas o no sería capaz de correrse decentemente, así que le pidió al chico quitarse su camiseta para deleitar su vista con su poderoso abdomen, la masculinidad presente en cada parte de su cuerpo atlético.

—Cuando te vea, Jeongin, voy a joder tan duro ese culo que todos tus vecinos van a saber quien fue el causante de tu mal caminar—. Gime roncamente con sus ojos dilatados, su polla era más fácil de masturbar puesto que el pre semen había comenzado a abundar avisando su orgasmo y Jeongin vio aquello deseando poder lamer toda la extensión de ese pene para probar la esencia.

—Nunca nos veremo—. Dice claramente pero el chico lo ignora cuando se corre sobre su mano gimiendo fuertemente, y Jeongin se viene al cepillar su próstata unas cuantas veces más sin necesidad de masturbarse. —Jongin, eso fue realmente muy bueno.

Él le sonríe chulesco. —Eres todo lo que pensaba, Jeongin, iba a ser toda una desilusión que fueses solamente menear tus caderas y lamer tus labios.

—Eso fue lo que te hizo caer por mí.

—Estaba jugando, bonito—. Dice coqueto limpiando su mano y polla para abrochar su pantalón. —Eso quedará entre nosotros, ¿verdad?

—Creo que el contrato de confidencialidad que firmaste ayer, antes de esto, dejo claro que si alguno de ambos revela algo, filtra algo, tendrá serios problemas legales, eso me afecta a mi también, ¿leíste bien el contrato?

—Sí, pero no está de más desconfiar, ¿o si?

—No, no lo está, guapo—. Chasquea su lengua después de acomodar sus prendas y sentarse correctamente frente a la cámara. —Pero, si llegas a decir algo de esto, si mencionas mi nombre para algo referido a lo sexual, vas a estar en problemas, Jongin, no me gustaría ver ese rostro pagando por algo tan banal.

—No debes preocuparte de mí, mientras Taemin no se entere de nada de esto, no me interesa—. Peina su cabello, y esa acción tan banal le parece atractiva al menor. —Volveremos a hacerlo, ¿verdad?

—Tenlo por seguro—. Sonríe, y sin esperar una respuesta, apaga su cámara.

Esa era la vida de Jeongin.

La vida que le gustaba, la que lo satisfacía.

Y no planeaba detenerse.