cybersex ♡ hyunin (vieja versión)

[♡] 26.

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Hyunjin empujó a Jeongin en su cama lamiendo sus labios con su cuerpo entero hirviendo de deseo.

—¿No crees que eres adicto a mi, hyung? —le preguntó Jeongin tocándose sus pezones con ambas manos, abriendo sus piernas y dejándole el camino libre a Hyunjin a su agujero.

Pasa su mano desde su sudorosa frente hasta la parte trasera para remover de su rostro sus largos cabellos viendo a Jeongin profundamente, era su ruina. Y estaba feliz de que fuese una muy sensual y dispuesta a cumplir cada uno de sus deseos.

—Pensé que había quedado más que claro que me tienes como un completo imbécil —buscando terminar lo que no terminaron en la ducha, inserta su polla de un tirón dentro de agujero ya dilatado de Jeongin y comienza a follarlo sin premisa alguna. —Di que eres mío, Jeongin.

—¡Soy tu maldita puta, solo tuyo hyung, siempre solamente tuyo! —agarrando a Hyunjin por sus hombros, encajando sus uñas con fuerza se dispone a devorar su boca queriendo que se tragara cada una de sus exclamaciones de insólito placer. —¡Más fuerte, hyung, quiero que me folles más fuerte!

—Lo que mi pequeña puta desee —gruñe bañado en sudor, a pesar de haberse duchado minutos atrás.

Separándose del menor le toma ambos tobillos con una sola mano con suma fuerza y comienza a follarse ese pequeño trasero del cual era adicto.

Constantemente debía pasar su mano por entre sus cabellos debido a que se interponían en su misión de ver el rostro deformado de Jeongin por lo que estaba seguro era la mueca de placer más caliente del mundo.

Intercalando su mirada del rostro aniñado y de bebé de su chico, disfrutando tanto como su agujero era perforado bestialmente, y de como su enorme polla se veía incluso más grande entre las nalgas de Jeongin, sabía que su orgasmo está tan cerca gracias a la mamada que se le fue dada en la ducha. Aún la tenía sensible por el reciente orgasmo.

—Eres mi puta —jadea Hyunjin soltando sus tobillos y jalando duramente de los cabellos de Jeongin para penetrar su lengua al son de sus embistes.

A Jeongin le encantaba como Hyunjin depositaba cada rastro de su poder y dominancia en su cuerpo cada vez que se lo follaba. Hyunjin era un activo por excelencia, y no sabía que tan bien se debió de haber comportado en su vida pasada para ser merecedor de un chico con una polla tan buena y que supiera usarla con una maestría sin igual.

—Jeongin —le llamó tomándole por las mejillas, obligándolo a verlo a los ojos.

—¡Hyunjin! —chilla con toda la potencia que su voz podía, estaba cruzando el límite de placer, le estaba volviendo loco, se sentía caer en un abismo de placer directamente en un reino de desesperanza donde su única salvación sería el placer que Hyunjin era capaz de darle.

—Te quiero —gruñe estampando su pelvis contra su culo. —Eres mío, completamente mío —otro fuerte embiste. —Eres la única persona que deseo follar para el resto de mi vida.

—No puedo más, Hyunjin —esta vez su chillido es acompañado por una lágrima, nunca había sido partícipe de tal placer abrumador. —Es más de lo que puedo soportar, por favor tócame, toma mi polla y masturbame, quiero correrme.

Cumpliendo el ruego de Jeongin le masturba buscando hacerlo al mismo ritmo que sus estocadas, lo cual causó que sus gemidos se tornaran más acelerados y desesperados por llegar a su deseada cúspide. Hyunjin siempre encontraba la manera indicada en la cual hacerle sentir el placer más intenso, como si hubiese nacido para complacerlo, como si uno de sus cometidos fuese el hacerle gozar plenamente de cada uno de los manjares sexuales.