Capítulo 24

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—¿Qué los trae hasta aquí? —mencionó un hombre del que desconozco su nombre, pero que, sin duda, es vampiro.

Después de pasar varias horas en la casa de Jack, tuvimos que irnos de vuelta a la mansión del Conde Drácula, nadie supo de nuestra huida de allí gracias a las habilidades del peliblanco para no hacerse notar.

Yo regresé a mi cuarto sana y salva, pero con un remolino de emociones en mi cuerpo. La verdad de mi origen me había golpeado con ferocidad, hasta el punto de perder el control, sin embargo debo acostumbrarme a esto... A lo que soy, una combinación errónea entre dos especies que no se debieron juntar nunca. Soy un error de la naturaleza, una criatura condenada a la persecución y a la muerte.

No sé si sea capaz de sobrevivir ante tantos problemas en mi vida, pero... Lo curioso, es que no puedo morir o sí, pero no como creí que pasaría siendo humana. Todo lo que creía antes ha cambiado y estoy tan asustada que no sé qué hacer con mi eternidad.

Confío un poco en Jack por eso hoy he venido a él, de día, al "consultorio" de un amigo suyo que podrá confirmar lo que soy, aunque ya no es necesario después de ser consciente de los poderes que ningún humano puede tener.

—Necesitamos tu ayuda, pero también tu entera confidencialidad —respondió el vampiro peliblanco a su amigo —Como ves traigo a alguien para que me ayudes a confirmar lo que es.

El otro vampiro me echó una ojeada de pies a cabeza, reparando en mi rostro. Me sentí terriblemente incómoda con su mirada escarlata puesta sobre mí. También, pude fijarme, a detalle, sobre su físico. Era un hombre fornido, rubio, piel pálida y sus comunes ojos color sangre, tan penetrantes y feroces. El tipo era atractivo pero intimidante, claro que no tanto como él mismísimo Jack.

—Ya veo —el rubio soltó un sutil comentario, luego se acomodó en una silla —¿Qué sospechas que sea esta... Curiosa chica? —me dedicó una sonrisa lobuna.

Parecía que yo no resultaba ser alguien agradable para él, más que todo se burlaba de mí, quizás por verme como una humana o un ser inferior. He tenido la mala fortuna de encontrarme a otro vampiro tan egocéntrico como los que hacen parte del círculo social de Jack.

—Yo... —Él empezó a hablar y se acomodó en una silla frente al escritorio del rubio —Pienso que es híbrido, en realidad, estoy más que seguro de que lo es, pero quiero que tú lo compruebes, Kristoff.

—¿Híbrido? —preguntó el otro con un gesto contraído en una mueca de sorpresa y casi asco —Los híbridos están extintos.

—¡Ah, o sea que a ti no te metieron ese cuento en la cabeza de que eran un mito! —reaccionó Jack con sorpresa.

—Claro que no —respondió Kristoff con desgano —Pocos vampiros saben sobre la verdad de los híbridos y el Clan del Norte. Hace muchos años atendí al último híbrido sobreviviente del ataque del líder, pero alcanzó a morir y su completa extinción fue meses después o eso creía —me dedicó una mirada despectiva.

Definitivamente en el mundo de los vampiros jamás voy a encontrar a alguien que pueda caerle bien y ahora que mi origen me condena peor. Sin embargo, pertenezco también a su raza, pero hasta el propio Jack me considero un error, ¿por qué los demás no pensarían lo mismo? Todos los vampiros son iguales.

—El punto es que Elsa existe y yo tuve que toparme con ella y sabes el problema que ahora me cargo —escuchar eso de Jack me lastimó un poco, pero yo ya sabia que para él solo soy un problema —Pitch puede encontrarla en cualquier momento y joderme y joder al Clan. Y si el Consejo destituye a Drac será nuestra condena.

—Ya me sé todo ese cuento, pero lo que hoy importa es saber si de verdad es lo que crees —Kristoff se levantó de su silla y se acercó a una camilla —Ven aquí, niña —me señaló con el dedo.

Amor sobrenatural [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora