Capítulo 32

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—Lamento, de verdad, todo esto —murmuré sin poder verlo a los ojos. Me sentía muy mal —Todo esto pasó por mi culpa, debí contenerme y no matar a esos lobos. Es que... —hice una pausa —Ni siquiera debí haber salido del castillo.

Cerré los ojos con ganas de que la tierra me tragase de un bocado, siento vergüenza a su lado. Decidí abrirlos para notar la reacción de Jack ante mi comentario. Él no me veía; continuaba con su tarea de acomodar armas en su traje de combate. Parecía como si no me hubiese escuchado. Desvié la mirada al suelo.

—Sí te escuché —habló, neutro —Pero, no vale de nada amargarte la vida por eso. Solo nos queda salir de esta con vida —vi como cargaba una escopeta con varias balas —Y ya, no te tortures, que yo no te estoy echando la culpa de nada.

Dejé caer mi mirada en el traje que tenía puesto, perteneciente a Tael, su madre. Me lo prestó porque no había nada más, y aunque me quedara algo pequeño servía para cargar varias armas en mi cuerpo. Sin embargo, no pude evitar que algunos recuerdos de su vida pasada volvieran a mi mente, pero decidí no contarle nada al vampiro.

Era muy extraña mi conexión con las memorias de la vampira.

—¿Tienes alguna idea de cómo vamos a salir de la ciudad? —pregunté, desviando el tema anterior.

Jack colocó las manos sobre la mesa en la que estaban los cuchillos y se inclinó un poco hacia adelante, pensativo. No era una tarea fácil librarnos de los guardias, pero contaba con un soldado tan estratega como él, o al menos confiaba en que lo fuera. Él era uno de los comandantes de la guardia algo debe saber.

Estuvo unos minutos meditando el tema, hasta que sus ojos escarlata voltearon a verme y mostró una espléndida sonrisa. De seguro se le había ocurrido algo.

—Eres muy poderosa, Elsa —se acercó y tomó mis manos —Necesito que no te limites hoy. Usa tu poder al máximo.

—¿Qué quieres que haga? —le devolví la sonrisa con gusto. Hacer esto juntos me hacía sentir de lo más bien.

Él se apartó y colgó en su cinturón unas cuantas granadas, que no tenía idea de cómo se usaban. Además, colocó en su espalda un arma que también desconocía su uso. No tenía idea de dónde Tael consiguió tanto armamento, pero no tenía tiempo para preguntarle a su hijo.

Con la cantidad de armamento suficiente, me pidió que saliéramos del cuarto y que a medida que fuéramos avanzando hacia la salida me contaría lo que tenía planeado hacer.

Aún convertida en vampiro, un ser poderoso y orgulloso, sentía miedo. Miedo de que las cosas no salieran bien y perdiera al ser que amo. Somos inmortales, pero vulnerables ante algunos ataques y sustancias, los vampiros que nos esperan lo saben. Yo solo sé que si tengo que usar mi cuerpo como escudo para que a Jack no le pase nada, lo haré.

Avanzamos por las escaleras del sótano, sin prisa. Él iba a mi lado, y a mí solo se me ocurrió atrapar su mano entre la mía. Por un momento pensé que me rechazaría, pero, contrario a eso, la apretó con algo de fuerza.

—Para lo que vamos a hacer quiero que estés muy concentrada —seguimos caminando —Es obvio que a penas pongamos un pie fuera, los francotiradores nos van a disparar. Tienes que cubrirnos lo más que puedas, pero dejando una pequeña abertura para que pueda dispararles de vuelta ¿Vale?

Asentí con la cabeza.

No era tan difícil como se oía. Con el entrenamiento he podido perfeccionar la formación de campos de fuerza a mi alrededor. Sé que podré protegernos.

—En cuanto pueda dejarlos fuera de juego. Que no será tan difícil porque, aunque no lo creas, soy el vampiro con la mejor puntería en el Clan —me guiñó un ojo, yo solo giré los ojos como respuesta —Ok, no hagas esa cara.

Amor sobrenatural [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora