Me convertí en lo que mi raza siempre estuvo destinada a ser: una criatura inestable. No sentía más que un amargo deseo de venganza y la energía de mi poder salvaje transcurrir por toda mi sangre.
De pronto, todo atisbo de dolor se fue de mi cuerpo. En pocos minutos había conseguido aceptar esas irregularidades en mi cuerpo. Las garras se hicieron parte de mí, los colmillos no me afectaban, pero había algo en mi mente que estaba mal.
Me levanté con lentitud hasta poder estar sentada en la camilla. Le eché un vistazo al par de vampiros que se mantenían expectantes ante la situación. Miré, entonces, a Jack. Sus ojos escarlata se quedaron viendo mis manos para después recorrer mi cuerpo y detenerse, por fin, en mis ojos. Estaba sereno, tranquilo, pero a la defensiva. Era capaz, seguro por mis activados poderes, de escuchar como apretaba los puños en espera de mi próximo movimiento. Sentía que en cualquier momento se me iba a tirar encima y eso no me gustaba.
Respiré profundo, notando un nuevo olor que en mi vida había sentido. Un olor bastante desagradable. Olía a vampiro, a la raza más horrible de la Tierra, mis enemigos naturales.
El corazón empezó a latirme más rápido de lo normal. Mi mente repetía una y otra vez que debía matarlos. Un odio irracional se apoderó de la poca sensatez que me quedaba. Definitivamente dejé de ser yo misma, para darle paso a la bestia.
—Es un ser realmente increíble —escuché que decía el vampiro rubio, con un tono sorprendido. De solo por su ronca voz empecé a irritarme —Parece que ya está bien —dio un paso hacía mí y trato de tocarme —Déjame...
No lo dejé continuar porque antes de que me tocara atrapé su cuello entre una de mis manos y lo apreté con una fuerza arrolladora que por poco destrozo su tráquea sino fuera por Jack que me empujó de la camilla y caí al suelo, enfurecida. El vampiro rubio logró recomponerse a tiempo, levantándose y dando tres pasos lejos de mí.
Levanté mi rostro para ver su semblante asustadizo. Le había tomado por sorpresa que tuviera tanta fuerza y tan buenos reflejos. Le dediqué una sonrisa lobuna y me puse en pie de un salto. Esto no había terminado aún.
—Elsa —murmuró el peliblanco como advertencia, pero yo no seguía órdenes de nadie, así que, avancé hacia Kristoff —Elsa, detente —insistió.
—¿Por qué haría lo que un inservible vampiro me dice? —siseé con un timbre de voz más duro del que tenía antes de transformarme —Son unos seres insoportables y que se creen la raza predominante, pero no es así. Son débiles chupa sangre comparados con la fuerza de nuestra especie —me sorprendí al escucharme, no era yo quien hablaba sino la bestia que deje nacer.
—Tú también haces parte de estos “inservibles” vampiros —soltó Jack con altanería. Yo dejé escapar una sonora carcajada, que se oyó algo maliciosa.
—Me niego a aceptar esta maldita sangre de vampiro. Es asquerosa —hice un gesto de desagrado, mientras que le mantenía la mirada al rubio asustado.
—Te podemos ayudar a controlarte —lo escuché decir, en un intento nefasto de hacer que no lo lastime como tanto deseo —Tomará tiempo, pero eres fuerte Elsa, lo lograrás.
Reí de nuevo. Me causaba gracia ver como, en pocas palabras, me pedía que me calmara. Era patético. Su destino ya estaba escrito, iba a sacarle los intestinos por la garganta de una forma bastante desagradable.
—¿Ahora soy Elsa y no “niña”? —le eché en la cara la manera tan despectiva como me llamo niña, pensando que era inferior a él y resulta que se equivocó completamente.
Dejé a un lado la pantomima que estábamos creando y, sin meditarlo, me abalancé contra Kristoff con la clara intensión de enterrarle mis garras en la garganta. Lastimosamente, logró moverse a un lado, pero no me detuve. Corrí hacia él tan rápido como pude y le estampé un puñetazo en toda la cara que lo mandó directamente contra la pared más cercana. Sonreí y caminé lento hacia su cuerpo tendido en el suelo.
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Amor sobrenatural [Jelsa]
VampireLa inocente y desvalida platinada se enamora del ser más inusual del mundo. Sus ojos escarlata la cautivaron y la hicieron caer en su encantador juego. El único problema: el no puede sentir amor porque es... Un vampiro *** Créditos de portada para @...