Capítulo 9

763 103 37
                                    

Han pasado cuatro días después de la última vez que vi al vampiro peliblanco. Me ha dejado en paz estos días, aunque estoy segura que nos vamos a ver pronto.

En cuanto a mi misión con las chicas pelirrojas, he estado incitando a Mérida para que vayamos al bosque, de una forma sutil y delicada para que ella piense que siento la misma curiosidad por ella. Sin embargo, me duele lo que voy a hacerle, ella es una buena chica y ha estado conmigo estos días, no se merece esa traición de mi parte, pero yo tampoco merezco morir en manos de un vampiro. Es ella o soy yo.

El día que conocí a las amigas de Honey me la pasé muy bien. Todas me ayudaron para quitar el color amarillo de mi pelo, con gusto me lavaron y me dijeron que todo iba a estar bien. Después salimos todas juntas a comprar ropa, maquillaje, zapatos, bolsos, todo lo que se les ocurriera llevar.

Mérida no parecía muy convencida con ir, insistía en que yo debía tener mi estilo. Ella no era muy fanática del glamur y la estética, era feliz con una sudadera y unos vaqueros, pero Tooth, Honey y Rapunzel no pensaban lo mismo, ellas amaban la ropa colorida y esplendorosa. Me parecía interesante esa forma de pensar de cada una, las hacía especiales.

Justo ahora me estoy sacando de encima un vestido rojo ajustado y bastante corto para mi gusto. Esas chicas jugaron conmigo a vestirme como ellas, con ropa que en mi vida había usado y que Gothel odiaría.

Al principio me sentía muy incómoda mostrando tanta piel, pero después ellas me alentaron a que de esa forma me veía más hermosa. Y al aplicarme maquillaje y colocarme joyas me di cuenta que ya no parecía una niña y que ellas tenían razón. Sin embargo, no estoy segura que esa sea la verdadera yo.

Dejo escapar un suspiro y tiro la prenda sobre la cama de la habitación. Luego me veo en el espejo, creo que tengo demasiado maquillaje encima, por lo que comienzo a limpiarme para volver a verme como una niña inocente.

Cubrí mi cuerpo con un camisón blanco y decidí dormir más temprano de lo normal. Me di media vuelta y quedé petrificada al verlo acostado sobre la cama como hace unos días.

-Hola, niña -saludó con descaro.

Recobré el aliento y respiré profundo. Ya no me asustaba tanto como antes, pero comienza a molestarme sus visitas tan inesperadas.

-¿Cuánto tiempo llevas ahí acostado? -pregunté con sutileza.

-Mmm, unos minutos.

Entonces, quiere decir que me vio en ropa interior. Por eso odio que aparezca de repente, en los momentos menos indicados.

Paso una mano por mi rostro caliente. Esto solo puede pasarme a mí a nadie más.

-¿Podrías regalarme algo de privacidad? -solté, cansada.

-Uy, que pena contigo -habló sarcástico -No puedo venir a verte porque ya te enojas. Qué aburrida -se levantó de la cama.

-Si me avisaras no lo estaría -me crucé de brazos.

-¿Para qué? ¿Para que no te vea como estabas hace unos minutos? -enarcó una ceja -Ah, y por cierto, lindo tatuaje -señaló mi hombro.

Desde que llegué a casa de Gothel he tenido esa extraña marca en mi cuerpo. Parece un tatuaje, pero la verdad no sé si lo sea. Es solo un dibujo en tinta negra de una corona y una rosa. Nunca entendí su significado pero lo dejé pasar hace años.

Jack se acercó hasta mí y dejó caer sus dedos sobre mi piel y acarició el tatuaje. No pude hacer nada mas que ver su gesto concentrado. Su toque sobre mi cuerpo me estremecía pero no era capaz de alejarlo. Casi si puedo respirar bien.

Amor sobrenatural [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora