Capítulo 31

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Ya sabía que los vampiros tenían un problema con expresar sus sentimientos, pero creí que así los habían educado. La realidad es que desde su origen tienen esa incapacidad de sentir algo tan dulce como el amor por culpa de su creador: el mismísimo demonio, no podía esperar nada peor por su parte.

Los vampiros solo son soldados al mando de un ser repugnante y malvado. Y... Lastimosamente, yo también pertenezco a este desalmada raza, pero, aún así, siendo vampiro puedo amarlo. Entonces ¿Qué está mal en mí?

—Eres una nueva raza —habló Jack —Todo en ti es diferente a lo convencional. Vas en contra de ambos dioses. Estás en el medio. Eres un todo, una combinación de las tres creaciones.

Cada vez más me sorprendía de mí misma y me llena de dudas saber porqué. ¿Cómo fue que nací así? El problema, es que nadie tiene las respuestas.

Me levanté de su regazo y me acomodé a su lado para poder verlo a los ojos.

—Puede que Lucifer los haya creado sin sentimientos, pero —hice una corta pausa —¿Cómo es posible que exista ese lazo fraternal y protector entre tu padre y tú? Él perdió todo por tí, eso es amor.

—Mmm —pareció dudar.

—Y lo mismo pasa contigo —seguí hablando —Me has estado cuidando aún cuando te lo prohibieron. Salvaste mi trasero, como tú lo dices, todo este tiempo. Y piensas sacrificarte por mí, dejando a tu padre solo —atrapé su mano y la besé con ternura —¿Dime qué significa eso, entonces?

El vampiro se me quedó viendo con una mueca de confusión. Ni él mismo sabía la respuesta.

—Además —añadí, mientras que él pensaba —En el pasado los lobos y los vampiros se unieron, se quisieron, estuvieron juntos y nacimos nosotros.

—Creo que lo de ustedes no se dió porque un vampiro amó a un lobo —sonrió y revolcó mi cabello como si fuera una niña —Elsa, no intentes fantasear con algo como eso. Ustedes nacieron por un mero acto de desobediencia, por lujuria y hasta por curiosidad. Por nada más.

No comprendía entonces porqué escuché claramente como Mavis le decía a su lobo que lo amaba. Lo dijo con tanta seguridad, que me parecía mentira. Se notaba que había un sentimiento muy fuerte entre ellos, más allá del deseo. Lo que dice Jack no puede ser cierto. Debía hallar la manera de demostrárselo.

No teníamos mucho tiempo, pero tenía que aprovechar el momento, aún sin saber qué nos depare el destino. Y si en la mañana tengo que perder la vida para proteger la suya, me iré con el mejor recuerdo.

Respiré profundo, aún sin tener la necesidad de hacerlo, y me acerqué un poco más a su cuerpo. Él pareció confundido; iba a decir algo, pero puse mi mano sobre su boca, mientras me acomodaba sobre sus piernas, apresando su cintura.

—No me importa sin puedes o no sentir algo por mí —me perdí en el color rojo de sus ojos, para después tocar sus delgados labios con mis pulgares —He decidido que quiero estar contigo.

—¿Y si te lastimo? —susurró, preocupado como siempre y aún piensa que eso no significa nada —No sé cómo tú cuerpo pueda reaccionar a mí. Eres realmente extraña, no tengo idea de cómo debería hacerlo. ¿Y si te conviertes en humana mientras lo hacemos? Sabes lo peligroso que es.

Dibujé una gran sonrisa de lado a lado. Acaricié su cabello blanco con cuidado y detuve mi mirada en la suya. Me resultaba muy tierno escuchar lo preocupado que estaba por lo que pudiera pasarme si hacíamos el amor. Es fascinante ese faceta suya, tan delicado, tan perfecto. No creía que algún día viera su rostro tan relajado y esos ojos tan brillantes.

Amor sobrenatural [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora