Capítulo 17

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Golpe tras golpe mi corazón azotaba mi pecho con fiereza mientras avanzaba por los pasillos que me conducirían al salón donde se hará la celebración. A mi lado, Gogo iba muy jovial, alegre y con un traje elegante, pero no tan llamativo como el mío. Todavía no podía comprender el porqué de su felicidad, porqué sentirse cómoda en la casa de su peligroso depredador. Era una simple humana como yo y porqué sentirse acogida en un lugar como este.

No íbamos solas, un grupo de, lo que parecían ser guardias nos escoltaban hasta el salón y su sola presencia me alteraba en sobremanera. Temía que alguno de ellos se abalanzara contra mí y enterrara sus colmillos en mi cuello, pero por más que fantaseara con una fatal muerte no sucedía, esos vampiros se mantenían impertérritos caminando a nuestro lado, incluso cruzaban una que otra palabra con Gogo. Realmente increíble.

Mis manos temblaban como nunca y mis pensamientos negativos se chocaban uno con otro; entre mi muerte a manos de los guardias, fallar frente al Conde y ser aprendida y... La remota posibilidad de encontrarme a Jack.

—Tranquila —escuché a Gogo hablarme —Todo va a salir bien —volteé a verla, ella me sonrió.

Pronto sentí su mano atrapar la mía. Hace mucho que no sentía la calidez de otra piel contra la mía; estaba acostumbrada al toque gélido de los vampiros, tan brusco y poco suave.

—Yo... —traté de responder, pero los nervios me traicionaban —Eso... Eso espero.

Gogo abrió su boca para decir algo, pero no consiguió decirlo porque alguien interceptó nuestra caminata. Frente a nosotros se presentó un hombre de cabello grisáceo, piel Blanca, alto y musculoso. Mi cuerpo tembló al reconocerlo: era Aster, el sujeto que yo... Vi morir a manos de Jack. No podía creer que estuviera frente a mí, era imposible.

“La plata es lo que realmente nos hace daño”

Recordé lo que afirmó Jack aquel día tan oscuro y eso me constataba que Aster no podía seguir con vida, a menos que hubiese sido otra mentira por parte del maldito peliblanco.

—Señorita Elsa —empezó a decir el vampiro con total cortesía —Espero que no falle —me dedicó una sonrisa que me pareció algo burlona —O estará perdida.

Eso era una amenaza, claramente lo era. Aster me estaba retando. Podría ser él quien me quiera ver muerta, quizás sepa la verdad sobre mi supuesto origen, quizás recuerde esa noche en la que Jack mintió acerca de que yo había matado a Rapunzel y ahora solo finge para hacerme sentir abrumada.

Quise decir algo, pero el miedo no me dejaba. El vampiro no dijo mas y se fue tan rápido como llegó sin siquiera cruzar palabra con los demás y dejándome en un dilema tremendo.

Gogo tuvo que, casi, arrastrarme para que yo siguiera caminando. Seguía en shock y no estaba segura de poder tocar bien en el cumpleaños de Mavis, no tenía salvación.

El camino se hizo mas corto, hasta que llegamos ante las puertas que conducían al salón principal. Un guardia las abrió de par en par dejándome ver todo lo que sucedía allí dentro. Muchos vampiros reunidos en un solo lugar, vestidos con ropas elegantes y sofisticadas, conversando unos con otros y bebiendo de sus copas un liquido rojo, sin lugar a dudas... Sangre. Pero, ¿de dónde la consiguieron?

Nadie reparó en nosotros, nadie. Por lo que continué mi andar hasta subir las escaleras que me conducían a la tarima que habían colocado. En mitad de ella se encontraba el piano. Me dejé caer sobre la silla y respiré profundo.

Empecé a tocar una a una las notas de la melodía suave que escogió Gogo para este día, sentí el peso de las teclas y como poco a poco se empezaba a escuchar la canción. Me detuve un momento y le eché un vistazo al público, sorprendiendome con que todos me estaban viendo. Todos esos pares de ojos rojos apuntaban hacia mí, una simple humana.

Amor sobrenatural [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora