Capítulo 12

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No entiendo cómo en tan poco tiempo cambiaron las cosas en mi inestable vida mortal. Creí que estaba perdida, que no tendría oportunidad de ser libre del yugo de ese manipulador vampiro, que tendría que mancharme las manos de sangre otra vez, pero hoy me aferro a la esperanza de que Rapunzel pueda ayudarme. Aunque no entiendo por qué decidió venir sola conmigo.

—Sería mejor combatirlo con varios... Cazadores —todavía me cuesta decirlo, casi asimilarlo —Es una criatura muy fuerte —le aseguré entre susurros.

—No podemos —respondió ella —Por dos cosas: una, mis padres no me creerían, piensan que estoy obsesionada con ellos y ya dejaron de cazar, y dos, no te preocupes tengo lo necesario para destruirlo.

Quise creerle, pero me costaba. A pesar de que pasamos toda la tarde planeando cómo liberarme de él y que la familia Corona cuenta con un costoso arsenal adaptado solo para vampiros, no creo que sea suficiente. Las habilidades sobrenaturales de Jack sobrepasan las nuestras, somos... Simples humanas.

Ahora caminamos en medio del bosque alertas al primer movimiento brusco de los árboles, que nos indique que está cerca. Rapunzel tiene varios aparatos escondidos en un extraño traje de cueto negro que lleva puesto. Parece muy segura, a pesar de que está a punto de enfrentarse a algo que supone conocer después de años de estudiar cientos de libros que pueden no decir la verdad acerca de estos demonios.

Tuve que mentirle sobre el lugar donde creía que estaba Jack. Le inventé que me había visitado en un sueño y que en él, se había dibujado el paisaje a partir de los dos grandes robles que acabamos de atravesar. Ella lo creyó sin dudar nada. Otra chica que confía ciegamente en mí.

Voy a su espalda, caminando con cuidado y sigilo. Ella dijo que debíamos tomarlo por sorpresa, pero la verdad no sé en que parte de este tramo del bosque esté. Jack es muy imperceptible en ocasiones.

—¿Lo sientes cerca? —pregunté a Rapunzel confiando en el sexto sentido que me dijo que había desarrollado.

Ella tardó unos minutos en contestar aumentando el indomable miedo que se enredaba en el interior de mi cuerpo. Todo me mantiene fuera de control, cualquier sonido del bosque me asusta porque creo que es él. El silencio de la chica solo me empeora las cosas.

—No... La verdad no —confesó con algo de molestia —Carajo, ¿dónde te escondes, maldito? —susurró, mas para ella que para mí.

No sabía cómo sentirme, si aliviada porque él todavía no haya aparecido, o angustiada porque entonces esta noche no seré libre y continuará acechandome hasta que mi valiente amiga lo destruya.

—¿Y si mejor nos vamos? —dije, agobiada por el temor y el nerviosismo.

Rapunzel detuvo su marcha, para voltear y verme con el ceño fruncido.

—Claro que no, debemos matarle y después estudiar toda su anatomía y saber por qué existen, luego buscaremos a los demás —aseguró fantaseando con una victoria... Algo lejana e imposible.

Solo asentí con la cabeza como respuesta, debía confiar en ella y en las armas que quizás destruirían al vampiro peliblanco.

La chica continuó su camino y yo le seguí. Escuchamos el río sonar cerca de nosotras y un montón de recuerdos aterradores llegaron a mí. Lo primero fue la imagen del cuerpo de Mérida sobre el suelo. Me la imaginaba sangrante frente a mí. De inmediato se me cortó la respiración y me detuve en seco.

—Hey, ¿estás bien? —escuché lejana la voz de Rapunzel porque estaba inmersa en mi pesadilla con la pelirroja —¿Elsa?

Me abracé a mí misma buscando mi propio refugio porque sentía a Mérida cerca, a su espíritu gritándome que yo la maté. No escuchaba nada más... Solo sus gritos en mi cabeza.

Amor sobrenatural [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora