Amor sobrenatural [Jelsa]

Capítulo 30

—Es imposible ocultarle las cosas a los ministros del Clan y mucho menos al Conde —empezó a contar mientras que masajeaba su reciente herida —Hace mucho que se dieron cuenta que te estaba ocultando. No sé cómo, pero se enteraron de lo que eres. Aunque tienen una versión errónea de lo que realmente eres —hizo una corta pausa —Ellos creen que eres un híbrido sobreviviente del Clan del Norte, y de baja clase, cuando eres un trihibrido de la línea directa del líder del Clan muerto. Eres la criatura más fuerte del planeta solo por poseer las tres sangres. No sé cómo fue que se dió eso, cómo fue que fuiste concebida, pero al menos ellos no saben la verdad.

Mi débil cuerpo empezó a sentir fuertes escalofríos. me dolía la cabeza y quería hasta vomitar. Después de mucho tiempo volví a sentir miedo por mi vida. Me descubrieron y yo ni por enterada, pero no me cabía en la cabeza el hecho de seguir con vida.

—¿C... Cómo es posible? —dije en tono bajo.

—Sigues viva adivina gracias a quién —se cruzó de brazos y me miró con disgusto. Mi corazón dió un salto dentro de mi pecho al atar cabos —Tuve que decir una media verdad de lo que pasó y me creyeron. Estuvieron a punto de decretar tu muerte, pero yo lo impedí. Dije que eras inofensiva que eras un híbrido de bajo nivel, controlable y que recientemente habías despertado tus poderes.

No dijo mentiras del todo, exceptuando el hecho del ser inofensiva cuando estuve a punto de matarlo.

—Claramente las cosas no eran tan sencillas —siguió contando —Me castigaron por no llevarte al tribunal desde el principio y esto fue lo que me hicieron —tocó su herida —Estuvieron a punto de matarme ya que me habían dado un ultimátum, pero mi padre intercedio, perdiendo su puesto como diplomático del Clan.

Sentí un molesto escozor en mi pecho al enterarme del sacrificio de esos vampiros todo por mi culpa. Estuve a punto de perder a Jack y no lo sabía.

—No me viste en los entrenamientos de la guardia porque me echaron —parecía que todavía faltaba mucho por contar —Mi padre y yo ya no representamos nada para el Clan. Ya no somos nada. Casi nos exilian pero el Conde le guarda aprecio a mi padre por lo que nos dejó seguir aquí. Pero me prohibieron acercarme a ti.

Mi mundo se vino abajo al enterarme de la verdad. Esa era la razón por la que no lo volví a ver, no se lo permitían y yo pensando que era porque yo ya no le importaba. Me siento muy culpable. Sufrió tanto y perdió todo por mi culpa.

—Pero ¿Sabes? —lo miré a los ojos —Yo nunca te abandoné, aunque no lo pudieras ver, yo siempre estaba ahí. Tuve que estar escondido viendo cómo mejorabas y me contuve de matar a tus entrenadores por ser tan hijos de puta contigo. Vi como te torturaban y no pude hacer nada —masajeó su cuello —Siempre estuve cerca tuyo, te seguía como si fuera tu maldita sombra y hoy me descuidé y te perdí de vista y pasó lo que pasó.

Pasé mi mano por mi rostro sin saber qué decir. Y mantuve la otra mano sosteniendo mi pecho que ardía y dolía.

—No pude llevarte al Castillo porque ya no tengo permitido entrar —confesó, cansado —Y sé que los guardias que te siguen a todos lados ya se dieron cuenta que estás aquí conmigo. Sé que estoy yendo en contra de lo que me ordenaron pero necesitaba verte, necesitaba tocarte, besarte. He estado mucho tiempo sin poder estar a tu lado.

—¿Me están siguiendo? —fue lo único que se me ocurrió preguntar.

—Desde el día que despertaste tus poderes. Tienen órdenes de estar 24/7 tras de ti —me explicó, pero sentía que había algo más, más complejo —En este momento están esperando una orden para echar abajo la puerta y capturarnos a ambos.

Abrí los ojos como platos, mi respiración se cortó. Si entran y nos capturan ¿Qué pasará con nosotros?

—Es sencillo —respondió a mi pensamiento —Te van a castigar de la misma forma que hacen conmigo —soltó, cabizbajo —Habrá juicio ante el Consejo porque mataste a miembros de otro Clan y eso es ilegal. Pero no voy a permitir que te toquen y que piensen que eres peligrosa.