Capítulo 18

556 88 34
                                    

Jack dio un paso hacia adelante, yo di uno hacia atrás dispuesta a echarme a correr sin detenerme.

—Quieta ahí, niña —sentenció con dureza —No des un puto paso más o te voy a llevar a rastras.

—Déjame en paz por una vez en tu maldita vida. Yo no soy de tu pertenencia —respondí a la defensiva —Eres la peor criatura que he conocido y preferiría haber muerto a manos de ese lobo que ser salvada por ti. Eres el peor error en mi vida.

El rostro del vampiro peliblanco se torció en una mueca de completo desagrado y sus ojos perdieron ferocidad; como si lo que le dije le hubiese afectado. Era impresionante para mí que él mostrara parte de sus sentimientos de esa forma, pero ¿él tiene sentimientos? La verdad, es que parece que no.

Jack agitó la cabeza y frunció el ceño volviendo a ser la bestia chupasangre de antes. Y sin medir nada, se abalanzó contra mí y me atrapó por las muñecas, apretándolas al instante.

—Vienes conmigo te guste o no —sacudió mi cuerpo como si de un muñeco se tratase.

Ya me estaba cansando su manera violenta de tratarme no podía quedarme sin hacer nada, tenía que actuar, dejarme llevar por el profundo odio que siento por él.

Pensando en ello, utilizo la única idea que me viene a la cabeza y que puede funcionar si estoy de suerte. Levanto mi pie y, con mucha fuerza, le clavo la punta de mi tacón en su entrepierna. De inmediato me suelta y gimotea de dolor. Aprovecho él momento y me echo a correr por el pasillo.

Jamás había golpeado a alguien de esa forma y jamás me había causado tanto placer hacerlo, estaba dichosa, como aquella vez en la que perdí el control y desaté mi furia contra él. Esta vez conté con la suerte de tener unos buenos tacones con punta para lesionarlo, no tanto en su punto débil sino en su ego masculino, porque a pesar de ser vampiro tenía el físico de un hombre humano.

Seguí corriendo sin detenerme hasta que una fuerza sobrenatural me empujó y me mandó metros atrás. Mi cuerpo se estrelló contra el suelo estrepitosamente, causándone un severo dolor en las costillas.

—Atrápala ahora —una voz femenina y familiar se hizo presente. Esa maldita me había golpeado y seguro le gusto —Es muy escurridiza.

De pronto, sentí unos fuertes brazos rodeándome y levantándome por los hombros hasta quedar de pie. La figura a mi espalda despedía una frialdad tan conocida para mí. Ese toque peligroso y fuerte que tantas veces me lastimó. Esa persona era, sin duda, Jack.

—Me la vas a pagar por eso, Elsa —susurró en mi oido con un tono fulminante. Todo mi cuerpo se estremeció al sentir sus labios contra mi oreja.

—Bien, tenemos que llevarla a un lugar seguro —mencionó la chica que me detuvo mi huida, Mavis —No podemos sacarla del castillo o lo notarán.

—La mejor opción son las catacumbas, no suele haber seguridad ahí —respondió Jack, sin alejarse un milímetro de mí —O... A la sala de tortura.

Mi cuerpo se congeló al escucharlo. Mis ojos se abrieron como platos y una cantidad de fatídicos pensamientos cruzaron por mi cabeza, unos protagonizados por un Jack y una Mavis torturándome en ese cuarto sin piedad o misericordia. Una fabulosa venganza para ambos.

Traté de soltarme de él, pero su fuerza era incomparable, en un segundo me tenía completamente neutralizada. Pasó un brazo por mi cintura, apresando mis brazos y pegándome cada vez más a su cuerpo. Me estaba sintiendo un poco incómoda, pero algo dentro de mí se sentía a gusto con su cercanía.

—Déjame —mencioné molesta.

—No. Te jodes —respondió, enojado —Me pateaste los huevos y eso no me agradó nada.

Amor sobrenatural [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora