Amor sobrenatural [Jelsa]

Capítulo 28

Han pasado días desde que despertaron mis poderes; días en los que he podido aprender sobre la extraordinaria raza a la que hoy pertenezco: los vampiros. He estudiado cuanta cosa sea necesaria para desenvolverme en este Clan. No sé qué fue lo que pasó, pero he sido aceptada sin ningún problema, aunque ahora todos me miren como un bicho raro.

De pronto dejé de ser la simple humana que entretenía al público vampírico con su talento, para pasar a ser un miembro más del Clan. He aprendido desde cero, yendo a la escuela de niños vampiro; la historia, las costumbres y, en general, todo sobre ellos.

Lamentablemente, tuve un incidente que por poco me causa la vida. Cuando estuve en contacto con ser humano, convertida en vampiro, mi instinto natural se quiso apoderar hasta de la última gota de sangre del pobre sirviente; sin embargo, lograron atajarme de cometer una locura.

Poco a poco he conseguido controlar mi poder con ayuda de tutores, tanto maestros como entrenadores. Es por eso que hoy camino con libertad en medio de nuestras fronteras.

—Ya voy llegando —una voz femenina me regresó a la realidad —Sí, llevo la muchila con tus cosas —La escuché responder —Vale, te amo.

Me escondi entre la vegetación para observar como Mavis guardaba el teléfono en su capa negra. No entendía qué hacía ella por estos lares, se supone que ella debe permanecer en el palacio y que los guardias del Clan deben vigilarla. Y mucho menos entiendo a quién le dijo te amo.

Fruncí el ceño, confundida. Desde que conocí a esa vampira caprichosa nunca la había escuchado hablarle a alguien con tanta ternura y afecto. Poco la conozco en realidad, pero no imaginaba que ella sintiera; además, no puede, los vampiros puros no sienten y con Jack me quedó claro.

—¿A dónde irá esta maldita? —murmuré en voz baja. De inmediato ella volteó hacia donde estaba.

—¿Quién está ahí? —preguntó con enojo. Un escalofrío bajó por mi espalda al ver cómo se dirigía hacia donde yo estaba. Pero, de pronto, se detuvo —Agh, no lo vale —se encogió de hombros.

Sin más que decir, lady Mavis se marchó a toda velocidad en medio de los árboles del bosque. No pude evitarlo y tomé el mismo rumbo que ella. Gracias a mi entrenamiento podía sentir su escencia y por donde andaba. Decidí seguirla y descubrir qué oculta y si esa información me favorece no dudaré en usarla en su contra. Ella todo este tiempo estuvo fastidiandome, entonces me vengaré.

Salté rama por rama, mientras que me mantenía a una discreta distancia de la vampira. Mi agilidad al correr mejoró con cada  exigente entrenamiento de días enteros a lado de mis maestros. Ahora, se siente increíble la velocidad y destreza con la que ando.

Soy un ser realmente increíble.

Gracias a Dios no me he transformado en lobo durante todo este tiempo para no ser descubierta, sin embargo, pasé días muy duros ya que al principio solo podía permanecer siendo humana y eso no era bueno. Quien se encargó de mí ese tiempo fue la mismísima Mavis, ayudándome a ocultar mi humanidad y fue ella quien me ayudó a transformarme definitivamente en vampiro, pero de la peor forma por eso quiero venganza.

Me detuve en seco cuando me di cuenta que la chica atravesó la línea fronteriza entre el Clan de vampiros y el de los hombres lobo. Dudé, pero al final, decidí continuar.

La curiosidad me estaba matando.

—Carajo, que esto no resulte mal, por favor —le rogué al cielo. Cualquier fallo será mi condena.

Por fin consigo ver cómo Mavis para en medio del camino. Yo vuelvo y me escondo muy cerca de donde está, pero no tanto como para ser descubierta. Con mi mejorada visión nocturna logré ver como dibujaba una sonrisa de oreja a oreja.