Capítulo 13

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—Veamos que encontraremos por aquí —murmuró el despreciable vampiro mientras requisaba el cuerpo inerte de Rapunzel —Pero que linda es ¿eh? —dijo refiriéndose a la daga con la cual la degolló.

Mientras que se entretenía fisgoneando entre las cosas de la difunta, yo lloraba en silencio y me lamentaba por su muerte. Continuaba sentada contra el gran árbol y de vez en cuando levantaba la mirada para verlo. Aún no ha querido deshacerse de mí, haciendo mi sufrimiento más prolongado.

Ya quiero que me mate y termine conmigo de una vez por todas. Mi vida ya no tiene sentido, me he cargado dos muertes encima, de personas que no merecían fallecer por mi culpa, por mi debilidad. Si Jack me asesina esta noche ya no seguiré sufriendo y de alguna manera estaré en paz, pero el se toma su tiempo para hacerlo.

—Cuéntame una cosa, niña ¿qué tenías en la cabeza cuando decidiste traicionarme? —escuché su ronca voz, sin embargo, no se sintió intimidante, estaba de lo más tranquilo —Dime.

Lo encaré con la poca valentía que tengo en este momento. Las lágrimas en mis ojos no me dejaban verle a la perfección, pero conseguí observar su sonrisa socarrona. Se estaba burlando de mí, de mi ignorancia y estupidez.

No pude contestarle, solo solté un sollozo y liberé las lágrimas. Jack negó con la cabeza y volvió a mirar las cosas que tenía la rubia en el traje. Tomó una por una y me las mostró.

—Un equipado arsenal de cazador, perfecto —ironizó —En primer lugar tenemos las peligrosas estacas de madera —las levantó y jugueteó con ellas —Son algo arcaicas ¿no lo crees? Estas cosas tan anticuadas no me hacen daño a mí. Al menos no el que ustedes dos querían causarme. De verdad... Que estúpidas fueron.

Desvíe la mirada, evitando a toda costa cruzarme con el cuerpo inerte de Rapunzel. Jack me estaba haciendo sentir como una basura, y así merecía ser tratada después de haber causado todo esto.

El vampiro estrujó con tanta fuerza las estacas hasta que consiguió destruirlas y dejar los trozos en el suelo. Continuó evaluando las armas.

—Esto es... —levantó una botella pequeña, luego la destapó y dejó caer el contenido a la hojarasca —Sí, definitivamente lo es. Agua bendita —soltó una corta risa —Sencillamente inservible.

No comprendía por qué hacía eso. Por qué me hace esperar y comienza a jugar como si fuera un chiquillo. Parecía divertido con la situación, burlándose de Rapunzel por no haber conseguido las verdaderas armas para destruirlo. Me quedó muy claro que él no es el tipo de vampiro que yo creí en un principio... Es algo peor. Es muy fuerte y poderoso. Ni la madera, ni el agua —supuestamente —le hace daño.

Es un maldito demonio.

—Bien. ¿Qué más ahí por aquí? —preguntó más para él que para mí. Yo permanecía en silencio. Llorando —Esta daga me llamó un montón la atención —volvió a tomar el arma homicida —Te preguntarás por qué —se me quedó viendo en espera de una afirmación, pero no dije nada —Pues porque la cuchilla está hecha de plata y es lo único que de verdad me daña.

Quedé sorprendida. Ese dato no lo conocía y hubiera dado todo por haberlo sabido antes para decírselo a Rapunzel. Sin embargo, sé que el malnacido peliblanco se las hubiera arreglado para salvarse. Ahora mismo sostiene la daga solo del mango y observa con repulsión el filo. Ha tenido la decencia de limpiar la sangre de la rubia que antes manchaba la daga.

—Pero... —me dedicó una mirada burlesca —te llevarás ese dato al infierno, querida niña.

Mi cuerpo se estremeció por completo al escuchar su amenaza. Me abracé a mí misma y recogí las piernas contra mi pecho. Parecía una criatura indefensa ante su depredador.

Amor sobrenatural [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora