Capítulo 20

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No sé por qué me le quedé viendo los segundos que le siguieron a su desmayo, ni tampoco por qué comencé a tocar su rostro con tanta delicadeza. Es que... Su cara era tan suave y la extraña calidez de su cuerpo me resultaba reconfortante. Eso estaba mal, claramente, pero no podía evitarlo.

Su piel no se veía tan pálida como antes, todo lo contrario, se veía más saludable y sus mejillas estaban tomando un color rosáceo que le sentaba muy bien. Era tan raro lo que le estaba sucediendo, desconocía completamente al vampiro que tenía en brazos. Estaba vulnerable, débil, dormido. Podría perfectamente aprovecharme de su estado y vengarme por lo que me hizo, pero no quiero, de nuevo la buena Elsa se apoderó de mí y solo espera que despierte pronto.

Tomé el pañuelo que traía en su traje y con él limpié la sangre que ensuciaba su cara y labios. Con mucho cuidado pasé la tela, como si con mi toque pudiera lastimarlo. Me quedé viendo mucho tiempo viendo su boca, sus labios no estaban tan pálidos como antes y se mostraban carnosos... Tentadores. Recordé entonces el día en que me robó mi primer beso, ese día se sintieron fríos, pero ahora... No sé.

—Ay, Jack, ¿qué te está pasando? ¿qué me está pasando? —pregunté en voz alta, hablándole a la nada.

No sabía qué hacer. Estaba encerrada así que no podía buscar ayuda, no sabía que le pasaba a Jack como para ayudarle, pensé en llamar a Mavis desde su celular, pero no sabía como hacerlo. Por lo que me quedé sin opciones, así que solo lo abracé a mi cuerpo en espera de que despertara o pasara algo.

De pronto, el cuerpo del vampiro volvió a sentirse muy frío, tanto como antes de desmayarse. Miré su rostro y este estaba nuevamente pálido. Él empezó a soltar quejidos y no supe que hacer, estaba preocupada.

—T... Tael —balbuceó —Tael no me... Me dejes —siguió hablando mientras que seguía dormido.

—Tranquilo —le susurré, y acaricié su cabello blanco —Todo va a estar bien.

Sus párpados empezaron a moverse hasta que por fin pude volver a ver el color de la sangre en sus ojos y la confusión en ellos. Jack se me quedó viendo por unos segundos, hasta que volvió en sí y se levantó hasta quedar sentado frente a mí.

—¿Qué me hiciste maldita bruja? —preguntó, confundido. Yo solo puse los ojos en blanco.

—Yo no te hice nada. Te desmayaste y ya —le expliqué, algo molesta —Yo debería preguntar qué te pasó.

Desvió la mirada hacia el suelo, justo en el lugar donde estaba la sangre que vomitó, la tocó con sus dedos y la olió, después frunció el ceño y limpió sus dedos con el pañuelo. Cuando terminó de limpiarse, volteó a verme.

—No tengo idea de lo que me pasó, yo solo perdí el sentido y ya. No recuerdo más —pasó una mano por su rostro —Me siento desorientado, muy mal. Mierda, nunca me había pasado esto antes. ¿Segura que no tienes nada que ver en esto? —entrecerró los ojos —Contigo todo se puede esperar.

—Ya te dije que no —repetí, fastidiada con la forma en que me volvió a acusar.

Jack enarcó una ceja y acercó su rostro hacia el mío hasta quedar a centímetros del roce entre pieles, fría y tibia.

—Como que no te creo. Hoy te has comportado algo grosera conmigo, niñita —susurró —Tenías motivos para hacerme esto. No sé si está entre tus capacidades de híbrida, pero has conseguido vencerme por unos minutos, pero ¿por qué sigo vivo? ¿por qué no aprovechaste y usaste una, de las muchas, armas que hay en este cuarto para matarme?

En realidad no lo había pensado, pero tampoco quería hacerlo. Mi yo demonio lo hubiera hecho sin pensar, pero la yo buena que siente algo fuerte por el vampiro no lo hubiese ni pensado, y así fue.

Amor sobrenatural [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora