Amor sobrenatural [Jelsa]

Capítulo 15

Jack logró alcanzarme, pero justo cuando yo tuve que detenerme frente A un precipicio. Allí abajo me esperaba el caudaloso río que divide estas tierras, pero no me daba más miedo que tener a ese vampiro peliblanco a pocos metros de mí.

-No te muevas -me advirtió, sin embargo, no lo hizo con el tono amenazante de siempre, en su lugar, me habló con... Casi preocupación -Elsa, no des un paso más.

Me quedé aturdida, le eché un último vistazo al río y me giré en mis talones para encarar al sujeto. Él mantenía el semblante serio, contrario a lo que yo pensaba. Creí que su mirada denotaría ira y ganas de asesinarme después de que le hice daño.

-Déjame en paz -contesté con un molesto ardor en la garganta después de haber gritado de esa manera hace unos minutos.

-Ven -extendió su mano frente a mí -Yo voy a ayudarte con tu problema.

-Mi mayor problema eres tú. Vete -di un paso hacia atrás poniendo en peligro mi vida. Un pequeña roca cayó al agua.

Regresé mi mirada hacia él. Estaba confundida con su repentina actitud. Cómo pensaba ayudarme, después de que me hizo la vida imposible, después de que despertó mis peores demonios.

-Lo sé. Pero es que ambos estamos metidos en un gran problema -soltó una risita nerviosa -No sé qué demonios seas, vampira o cualquier otra cosa, pero necesito que estés conmigo para saber qué eres -pasó una mano por su cabello algo desesperado -Si resultas ser lo que Mavis alguna vez dijo, muchos van a querer matarte.

Recuerdo aquella vez en el bosque, cuando conocí a esa caprichosa vampira que insinuó que yo tenía sangre de... Híbrido. Jack se río y mencionó que esas criaturas eran un mito, pero tal parece que hoy ha cambiado de pensamiento.

Tampoco creo que yo sea lo que ese par de vampiros creen. No puedo ser la combinación de dos razas. Pasé la mayor parte de mi vida en la casa de Gothel y nunca demostré ser lo que ellos piensan; siempre he sido una humana común y corriente, hasta hoy que Jack desató toda la ira que no conocía que tenía.

-Yo no soy lo que piensas. Soy solo una simple humana -cité de nuevo sus palabras.

-Mmm no lo creo -volvió a reír -No cualquier humana es capaz de golpearme de esa forma. Te dije alguna vez que no soy fácil de matar y tú... Me llevaste a un límite. Eres... Jodidamente poderosa -lo último lo dijo con algo de emoción.

Ahora sí creía que el vampiro había perdido la cabeza, seguro de alguna forma le golpeé tan fuerte que lo dejé fuera de sí. Desconocía a la criatura que tenía al frente, este hombre, que alguna vez me generó -y que todavía me genera- un terrible miedo, se ve ansioso, nervioso y asustado. El sujeto pedante y grosero se quedó en algún lugar del pueblo, al igual que Anna.

-No puedes ayudarme, nadie puede. Además, me pretendías matar hace unos minutos -le eché en cara.

-Cambio de planes -rodó los ojos -Tengo que llevarte lejos de este lugar, de este país si es necesario -regresó a su tono serio y frío -Si alguien habla y dice que me involucré con un híbrido irán tras de mí para hallarte a ti.

-Ya te dije que no soy lo que dices -reiteré con un tono violento, algo inusual en mí -Yo... Yo -observé mis manos -no sé lo qué soy.

-Puedes ser humana-vampira, cosa que detestaría, porque nuestra raza pura no debe mezclarse con los débiles humanos -empuñó su mano con fuerza, demostrándome cuánto odia a la humanidad -O puedes ser... De los licantropo -vampiro cosa que también detestaría porque odio a los perros. En conclusión, de una u otra forma te odio.

-Y aún así pretendes ayudarme, hipócrita -escupí enojada, sin detenerme a filtrar mis pensamientos antes de hablar.

-Es por mi bien -hizo un ademán restándole importancia al asunto.