Amor sobrenatural [Jelsa]

Capítulo 34

Atesore en mi mente la imagen desoladora de mi panorama como si fuese una obra de arte. Tanta destrucción provocada por mí era impresionante y fascinante. No entendía cómo era que antes me negaba a aceptar mi origen, soy increíblemente fuerte e invencible. Ni siquiera un élite pudo detenerme, puedo hacer lo que sea.

Dejé escapar una nueva carcajada y cerré los ojos tratando de volver a ser yo misma y volver a tomar el control de la bestia en mi interior.

—Mierda —escuché una voz a mi espalda, de inmediato abrí los ojos y voltee a verlo —Esto... Esto es irreal.

Me perdí en las tonalidades rojizas de sus iris, mientras que él caminaba hacia mí con lentitud y duda. Sus heridas no habían desaparecido todavía, pero al menos seguía con vida.

—Así era como debía hacerse, aprende novato —dije con burla. Seguía siendo esa versión tan horrible de mí misma: la bestia —Soy más fuerte que tú, más fuerte que cualquiera —reí.

—¿Estás bien? —quiso tocarme, pero a lo último se arrepintió. Tenía miedo de tocarme.

—No vas a morir si me tocas —murmuré en tono neutro —No tengo fuerza ni para ponerme en pie. Estás a salvo —pasé una mano por mi cabello —Igual, esa era la idea desde un principio ¿No? Que no murieras.

Jack se acuclilló para quedar a mi altura y esta vez si se atrevió a tocarme. Acarició mi rostro con sus dedos y examinó si tenía alguna herida, pero yo estaba incluso en mejor estado que él. Mi auto curación fue más rápida que la suya. No pensé que tendríamos que pasar por esto.

—¿Por qué fuiste tan cobarde, estúpido? —dije, fría como el hielo —¿Por qué decidiste actuar después de que me torturó de esa forma tan horrible? Fuiste débil.

Él bajó la mano junto con su mirada, estaba avergonzado después de haber actuado como un completo pedazo de imbécil. No entendía cómo es que podía verlo sin querer arrancarle la cabeza.

—Desde el primer instante en qué te tocó quise lanzarme hacía él y evitar que te hiciera daño —confesó.

—Claro, como te recuerdo a tu madre muerta —le eché en cara, interrumpiendo su relato.

—Fue por culpa de Aster —habló, desviando el tema —El poder de Aster es someter a vampiros de rango inferior al suyo. Se metió en mi cabeza e impidió a toda cosa que me moviera. Por un momento logré liberarme y fue cuando me moví y después apareció esa chica de la nada y no volví a sentir a Aster cerca.

Ahora entendía el por qué de la presencia del peligris. Querían que Jack fuese testigo de mi muerte y que no pudiese hacer nada, solo para torturarlo con el recuerdo de su madre.

—Háblame sobre la muerte de tu madre y de lo que realmente significo para ti —atrapé su rostro entre mi mano para obligarlo a verme a los ojos —Ahora mismo.

—Es una historia muy larga —negó con la cabeza —Y no tenemos tiempo para hablar ¿Entiendes? —habló con algo de dureza.

Volvió a ser el vampiro dominante y molesto de siempre. Simplemente cree que soy una niña, pero acabo de demostrar que soy un demonio incontenible, capaz de hacer lo que sea, ya no puede decidir sobre mí.

—No me muevo de este lugar hasta que me expliques que es lo que significo en tu vida —solté su rostro y me crucé de brazos.

Jack se puso en pie y desde arriba me dedicó una mirada reprobatoria. Frunció levemente el ceño, sus ojos llegaron a oscurecerse, estaba enojado.

—Ya vas a empezar ¿Cierto? —rodó los ojos —¿Por qué te tienes que cuestionar ese tipo de cosas en un momento con este cuando nuestras jodidas vidas están en peligro? Me sacas de quisio, Elsa.