@MarbellaMadrid10 gracias por comentar siempre ♥ besitos linda.
***-Sí, mira, sé que es una emergencia penal y garantízale al señor que lo atenderé apenas llegue… -Le dijo a su secretaria a través del teléfono, observó su reloj y se alarmó al darse cuenta de la hora, iba tardísimo, aunque gracias a Dios ya estaba prácticamente lista con aquella falda blanca y esa camisa fucsia que parecía de seda. Un hermoso collar caía por su cuello hasta caer de nuevo entre sus senos. –Ya veo, pero… ¡Maldición! Teresa, te llamo luego. –Colgó, observando como Sergio se movía libremente por su cocina. –Quiero saber qué haces aquí.
-Te preparo el desayuno. –Sonrió.
-No comeré nada que haya sido preparado por ti. Así de simple. Ahora será mejor que me vaya. –Comentó, mirándolo fijamente. Tomó las llaves de su auto, las cuales estaban sobre la encimera. –Espero que cuando regrese, te hayas ido. –Sentenció.
-¿Podemos cenar esta noche? –Preguntó antes de que se fuera.
-No.
-Por favor. No sé si te comenté que ahora tengo un trabajo y…
-Qué emoción. –Susurró sarcástica.
-Raquel, yo sé que me amas tanto como yo a ti. Lo veo en tu mirada, y si tan solo…
-No me interesa. –Habló, encaminándose a la puerta que daba al garaje.
-Espera… -Sergio la siguió, para después tomarla por el brazo y pegarla a su cuerpo. Le acarició la mejilla y poco a poco se acercó a su boca, comenzando a besarla suavemente. Raquel sonrió a medida que aquel beso se profundizaba, mientras lo abrazaba por el cuello y dejaba que Sergio hiciera lo que quisiera. Sintió las manos de él bajando por su espalda, hasta hacer que las piernas de ella rodearan las caderas de Sergio. –Dime que en este momento no deseas que te siga besando. –Susurró, plantándole varios besos en el cuello, Raquel soltó un suspiro mientras sentía como las manos de él le acariciaban la cintura. –Dime que no deseas que te haga el amor. –Completó.
-Sergio, necesito ir a trabajar. –Pidió, separándose de él.
-Solo dime que me darás una última oportunidad. –Pidió, besándole la mejilla.
-Solo una más. –Susurró ella. –Una sola. –Sonrió. Sergio le plantó un rápido beso en los labios, Raquel bajó sus piernas y le correspondió a aquello.
-Muchas gracias.
-Es en serio. –Completó, cambiando su expresión. Se aseguró de quitarle el lápiz labial que se había transferido a los labios de Sergio.
-Muy en serio. –Contestó con una sonrisa. –Ahora, creo que tienes que trabajar.
-Sí. –Tomó su bolso de la encimera. –Pensé que tú también.
-Empiezo a las ocho. –Se alzó de hombros.
-Que te vaya bien, entonces. –Le plantó un beso en la mejilla para después encaminarse al garaje, abrió la puerta y justo antes de desaparecer detrás de esta, pronunció otras palabras. –La última. –Sentenció severa.
-La última. –Sonrió.
**
-Señorita Murillo, le agradecería mucho que… -Raquel alzó la vista de su escritorio para escuchar lo que le decía su jefe. -… Se encargue de atender este caso… -Le entregó una pequeña carpeta. -…Es de un amigo mío y créame que le urge encontrar ayuda penal… -Antonio se detuvo en seco. Raquel frunció el ceño.
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Engaños de un amor (Serquel)
RomanceEl matrimonio de aquel par de abogados era uno de los más sólidos de toda España; ante toda la sociedad eran una pareja que se amaba con locura, Raquel también lo creía así, pero Sergio se encargó de hacerle creer lo contrario; de la noche a la mañ...