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-Debería ser al revés. –Comentó Sergio. Raquel soltó una risa para continuar acariciándole el cabello mientras terminaba de observar el atardecer. Él se encontraba acostado en la arena, con la cabeza en el regazo de ella, mientras Raquel estaba sentada, acariciándolo.

-Así estamos bien.  –Contestó con una sonrisa. Sergio alzó la mirada para poder observarla a los ojos. Sonrió aún más al perderse en aquel profundo pozo color café. - ¿Qué pasa? –Preguntó al observar como él la miraba.

-Es que siempre me quedo anonadado ante tu belleza. –Su sonrisa se vio ampliada al escuchar aquello.

-No es nada del otro mundo. Tampoco soy modelo, pero no es como si fuera una bruja.

-Serías una bruja modelo muy sexy. –Raquel soltó una carcajada al escuchar aquello.

-Ya, sí. –Susurró, continuando con su caricia, mientras su mirada se perdía en el ocaso.

-Es un atardecer bonito, sí, pero el perfecto cuadro lo completas tú. –La halagó él.

-Extrañaba estar así contigo. Aunque me hace falta Lucas.

-Lo mimas mucho. –La reprendió con cariño.

-Tú más. Siempre que salimos de compras, él llega con algo nuevo.

-Es nuestro hijo. Se merece lo mejor. –Susurró.


Raquel soltó un suspiro al escuchar la forma en la que él hacía hincapié en la palabra ‘nuestro’, en definitiva amaba a ese hombre. Y lo mejor del caso, era que aquel sentimiento era recíproco. Lo mejor del caso era que en el corazón de Sergio, también estaba incluido Lucas.


Ahora, más que nunca, eran una verdadera familia.


La sonrisa de ella se vio más ampliada al pensar en que quizá muy pronto, habría una ampliación en el núcleo familiar.


Aquello no podría ser más perfecto.


Engaños de un amor (Serquel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora