14.

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-Raquel, vamos, despierta.-Pidió Sergio, mientras la sostenía en contra de su cuerpo.

-¿Ah?-Preguntó ella, mientras abría los ojos lentamente.

-Te vas a dar un baño.-Le dijo, mientras caminaba con ella hasta el baño. Ella se sentó en la tapa del inodoro, mientras Sergio comenzaba a abrir el grifo de la ducha.- ¿Ya te sientes mejor?

-Nunca me he sentido mejor.-Contestó con aquella sonrisa bobalicona de nuevo. Seguía borracha.

-Bien, en ese caso tendré que darte el baño. Vamos.-Dijo encaminándose a ella.-Ven.-La colocó de pie, comenzando a bajar aquel cierre del vestido Santo cielo, ¿cómo podía usar aquel vestido? Era tan corto, provocativo y ajustadoY remarcaba todas sus curvas

El problema no era que lo usase.

El problema era que lo usase para encandilar a otro hombre que no fuese él.

La tenía sostenida de la cintura mientras comenzaba a bajar el cierre, después siguió con los tirantes y el vestido cayó al suelo Sergio sintió una puntada de deseo que se vio reflejada en su entrepierna.

Si bien podría aprovecharse de ella en aquel momento, no sería correcto.

Se dijo que si le quitaba la ropa interior perdería el poco autocontrol que tenía, así que se encargó de quitarle los tacones para después tratar de colocarla bajo el grifo de agua. Dejó a Raquel con cuidado en la bañera, quien lo haló de la corbata haciendo que él cayese encima de ella. Lo abrazó por el cuello, sonriéndole de aquella manera tan especial y única. Sergio le devolvió la sonrisa, comenzando a acariciarle la mejilla. No estaba muy cómodo que se dijese pero Que mierda, sí, sí estaba cómodo. El solo sentir el cuerpo de Raquel, sus suaves curvas en contra del suyo

-Parece que te afecto.-Dijo con una voz ronca. Sergio amplió su sonrisa, sabiendo que ella ya había sentido la magnitud de su deseo. Su mano fue bajando por su cuello, acariciándole la clavícula, el hombro

El agua fría les caía encima a ambos. Ambos tenían el cabello pegado a sus frentes y el maquillaje de Raquel comenzó a correrse con lentitud. Sergio sonrió al ver aquella imagen. Durante cuatro años la había visto en todas sus facetas; con y sin maquillaje, con éste corrido

-Bésame.-Pidió ella, acercando lentamente sus labios a los de él, sintiendo su mano en su hombro.-Bésame. -Repitió con lentitud, mirándolo a los labios. Sergio subió su mano, tomándola de nuevo por la mejilla, mientras se acercaba aún más a ella y juntaba sus labios a los suyos.

¿Aquello estaba pasando?

¿Estaba besando a su ex esposa en una bañera, debajo del agua fría, estando ella semidesnuda?

La chispa que le recorrió el cuerpo, se encargó de dar una respuesta positiva a su anterior pregunta.

Sus labios seguían posados sobre los de ella, besándola, tratando de profundizar aquello Tratando de hacer que el sabor de Raquel se quedase para siempre en su memoria, en su sentido del gusto. Ella lo abrazó más fuerte, respondiendo a aquel beso con la misma intensidad que aplicaba él.

La mano de Sergio dejó su mejilla, comenzando a bajar hasta atrapar uno de sus senos. El sujetador se le marcaba como una segunda piel debido al agua. Oh, joder, la deseaba tanto Pero no podía. Ella no estaba en todos sus sentidos. Estaba borracha.

Se separó de ella, colocándose de pie y saliendo de la ducha escurriendo agua.

-Creo que ya se te pasó un poco la borrachera. Vente. -Le dijo, extendiéndole una toalla. Raquel lo miró con los ojos abiertos como platos Oh, sí, ya se le había pasado la borrachera, de eso estaba segura. Se colocó de pie aun con movimientos torpes, seguía un poco mareada, solo un poco. Sergio la envolvió con aquella toalla, para después alzarla en brazos. Caminó con ella hasta dejarla recostada en su cama, después buscó una de sus camisas rápidamente para pasársela. -Vístete con esto. Te preparé una sopa o algo Tienes que comer. -Le dijo, cerrando la puerta con un movimiento delicado.

Engaños de un amor (Serquel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora