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CELOS Y OTROS
SENTIMIENTOS












Tres semanas después.




María.

—¿Acá está bien, señorita?

Ni siquiera puede teclear algo en mi celular cuando me tengo que dar vuelta para observar como el encargado de la mueblería me está mirando esperando una respuesta. Él junto al ayudante observaban el lugar donde dejaron el sofá y me parece perfecto, le sonrío y asiento.

—Sí, está bien. Gracias.

Me giro rápidamente en busca de mi billetera para pagar el flete y los acompaño hasta abajo por las escaleras que se hacen eterna. Nuevamente le agradezco y subo por el ascensor con una sensación más linda, tenía mi propio sofá para descansar o flojear más ahí.

Y sí, fue regalo de mi papá.

En estos días que pasaron lo ví más a él que a mí mamá, el pasaba cada tanto o dos veces a la semanas después de salir de su estudio para preguntarme cómo estaba o si necesitaba algo, una le dije joda que necesitaba un sofá y al otro día me envió la foto del ticket que ya compró un sofá y así fue como ahora estaba el perfecto sofá negro en el medio de mi sala que ahora no era tan especiosa al tener el tremendo sofá.

Después de pelotudear por no decir otra palabra recuerdo que tengo que ir a la facultad así que como ya me bañé cuando llegue del laburo me cambio rápidamente para salir del departamento con mi llave, celular y mochila. Seguramente llegaba tarde, pero no importa tenía plata que cobré ayer así que capaz me tomaba un taxi o Uber para llegar más rápido.

Al salir del edificio comienzo a caminar con la mente de tomar un taxi si se me cruza en la vista, mi celular vibra y al mirar rápidamente la pantalla me doy cuenta que era llamada y era de Valentín.

¿Qué hacía llamándome a estás horas?

Tardo un poco más en contestarle porque cruzó la calle primero segura y después lo atiendo.

—Princesa de todos mis palacios. —es lo que escucho en broma como siempre me decía en cada llamada solo porque una vez le dije que no me lo diga, bueno fue al pedo porque ahora se le hizo costumbre—. ¿Estás yendo a la facultad? Porque podemos tomar teres, ¿O no Depa que está para los teres? No yo paso, la última vez me mandó al baño un día seguido...

Escuchó la risa de Valentín y me río para contestarle haciendo un puchero.

—Dios, me gustaría, pero no. Estoy yendo a la facultad, no puedo faltar más a esta materia, son las últimas semanas.

tercer piso | wosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora