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¿FORMAL?
Tragó saliva con dificultad viéndolo nerviosa porque se formó un momento raro. No respondí, Valentín aún tiene esa cara de estar cagado en las patas y ahora que lo pienso es la primera vez que notaba esa vibra que mandaba, asustado. Asustado, sí, así se veía mirándome porque yo no podía responder pero ni yo sabía porque no quería responder si porque no caía que él esté pidiéndome que sea su novia porque parecía mentira o simplemente porque yo no quise nunca escuchar aquello.
—Vamos de nuevo... —me ánimo a hablar y Valentín sonríe, de nuevo nervioso, lleva su mano a su cara para apoyar ambas manos después en mis rodillas—. ¿Escuché bien? Es decir...
—Malu. —me frena y lo miro sin entender por su voz seria—. ¿No querés, no? No tengas miedo a decirme que no por pensar en mí o algo porque la verdad eso mismo estoy sintiendo ahora.
—¿Qué? —atinó a decir perdida y niego con la cabeza perdida y me animo a preguntar—. ¿Te sentís así? Perdón, no, no es eso... Solo que no sé, ¿Realmente dijiste eso?
Valentín larga esa carcajada rara, linda, hermosa que creo que comenzaba a gustarme más de lo que creí. Lo caracteriza por eso me gusta.
—¿Qué cosa? ¿Lo de ser algo más serio?
—Es ser novios Valentín. —niego seria viéndolo y frunzo mi ceño para cuestionar—. ¿Por qué siento que te cuesta decirlo por el nombre?
—¡Es que me cuesta! —levanta la voz cargoso sorprendiendome pasa a explicarme más suelto y trabado a la vez—. No sé cómo se hace esto, estoy re lejos de hacer esto, mi última novia fue hace... No sé de cuando era un pibito recién hecho.
Sonrío sin decir nada viéndolo como esta como un nene en frente mío casi que arrodillado con sus manos en mi rodilla y sus ojos azules clavados en mí.
—¿De verdad querés eso?
Rompí el silencio después unos minutos en silencio dónde el había bajado su cabeza y dibujaba circulitos en mi jeans. No lo creía todavía.
—¿Te acordás de esa noche que te encontré abajo media en peda y te subí conmigo acá? —levanta su cabeza para mirarme, recuerdo a qué noche podría estar refiriéndose y me agarra una vergüenza para reírme y asentir, el en cambio parecía más serio recordando—. Esa noche te agarro a vos el ataque de sinceridad y esa noche te dije que yo no me quería enganchar con vos.
—Eso si me acuerdo bien. —respondo irónicamente, el se ríe bajando su cabeza para volver a mirarme—. Me ignoraste... ¿Días? Creo dos días. Y después te apareciste cuando volvía media peda también de mi cumpleaños.
—Y ahí te dije que vayamos lento. —recuerda después de dejar de sonreír, asiento recordandolo porque fue lo más sensato que me dijo—. Y eso creo que fue.... En Julio. ¿No?
