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22 de enero, 2021.

Una fogata enfrente de ellos detrás la imagen de la noche que cayó finalmente dando lugar a la luna que se refleja en parte del lago y él se luce en lo que mejor sabe hacer: improvisar. En el intento de que su amigo se pueda lucir, pierde claramente, nadie lo hacía mejor que Valentín y ni siquiera cuando el ni siquiera estaba esforzándose, aún así seguía siendo el mejor de ellos sin intentarlo, tirando palabras que realmente no se relacionaban y que carecía de cohesión pero simplemente lo hacía porque se estaba divirtiendo y a la vez veía la cara de sus amigos disfrutando del momento.

A su lado, para no dejarlo nunca más Maria lo miraba totalmente maravillada porque la luz de la fogata que tardaron más de media en prender ilumina la mitad del rostro de Valentín produciendo una imagen ideal, riendose desde ese perfil y burlándose de su “rival” en ese torneo improvisado que comenzaron.

Lo enamora, como para no, los días en el Sur estaban siendo eso, enamorándolos nuevamente, el mejor lugar que ella pudo ir y con la persona correcta.

Valentín sabía perfectamente que no se iría de Buenos Aires sin ella, no iría a pasar las vacaciones sin ella como lo fue en el comienzo del año anterior, así que así seleccionó adecuadamente las personas para ir a pasar unos días relajados, grabar, hacer algo de música más tranquilo al Sur del país y dentro de ese grupo de persona primero estaba ella.

Desde que se reenconciliaron aquella tarde en su piso la cuidaba más detalladamente, sabía que no quería volver al problema que los llevo a cortar relación y alejarse porque los dos por igual lo pasaron mal así que ahora tenía la experiencia, no quería volver a pasarlo, solo mejorar. Por la parte de ella, parecía olvidarlo todo y aún sentía un poco de culpa por haberse negado a intentarlo la última vez que él le pidió volver así que cada tanto sentía una molestia consigo misma que se esfumaba  hablando con él sobre cosas que rondaban de su cabeza.

Esa noche observando a Valentín reírse con sus amigos admitía que ninguno de los nueve meses anteriores que pasó de relación con él no la hizo poner tan contenta y feliz como estos días que estaba pasando con el de vacaciones. Se sentía renovada con un comienzo mucho mejor así que eso le hacía pensar que tal vez el separarse unos meses fue lo mejor para ambos porque ahora tenían mucho más para compartir.

Las horas de la noche pasan y ellos son los últimos en quedarse frente al fuego después de que los demás se hayan ido a sus respectivas habitaciones de la casa que alquilaban solo a pasitos.

Era veintidós de enero y solo quedaba una hora para que Valentín cumpliera veintitres. Él no lo contaba pero ella si, incluso sentía que era más importante el cumpleaños de él que del suyo mismo, por parte de Valentín era un día más.

—¿Ibas a darle cabida a la chica, no? —suelta de repente María observando como el fuego comenzaba de a poco consumirse.

Valentín frunce en un segundo su ceño para dejar paso a la mueca de sonrisa y estirar su cabeza para mirar a María quién prácticamente estaba apoyado sobre sus costillas.

tercer piso | wosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora