(48)
SANAR
Valentín.
Una vez que llegó al balcón me prendo un pucho para tratar de relajarme por unos momentos y escapar lo que sucede dentro. A la noche lo acompaña el leve viento frío que me pone la piel de gallina por unos segundos hasta que entró en calor al expulsar el humo.
Mi día no es el mejor, hago lo que puedo, logran hacer lo que pueden y con esto último me refiero a mi grupo cercano de amigos quienes se apropiaron del departamento. Era la primera juntada acá desde que todo esta mierda del Coronavirus apareció.
Teniéndo a la mayoría de ellos nuevamente cerca sigo sintiendo lo mismo, vacío. Me siento vacío y como si fuera algo me dice a mi mismo me es imposible no hacerlo, no girar mi cabeza, lo hago para acercarme en la esquina de mi balcón para observar el de abajo.
Está vacío y a oscuras, su puerta corrediza, que puedo ver por abajo que están cerradas también muestra oscuridad.
Hago una mueca y llevo el pucho a mis labios. Seguro no esta.
No debería importarme me dice una voz en mi cabeza y la otra voz que viene desde el lugar que no coincidía mucho y quién me estaba haciendo sufrir: el corazón, me dice que si debería importarme.
María y yo terminamos hace dos semanas, si lo tenía contado porque todavía discutía conmigo mismo si debí dejarla ir tan pronto.
No tengo sensación de que pude haber hecho más porque hice mucho, aguanté mucho, hice lo que pude, ella seguramente en silencio también y por eso no guardo el rencor, la quiero, la amo todavía y más porque fue valiente en algo que yo venía atrasando: dar el fin. La extrañaba y mucho, eso era la único que me seguía doliendo, sangraba por la herida como muchos dicen... Solo esperaba que pronto pasará porque no estaba acostumbrado a convivir con algo así sabiendo el por qué.
Dejó de mirar a ese balcón dónde fume muchas veces porque a ella no le gustaba que lo haga dentro y mis ojos buscan a las personas que se reían a la carcajadas altas en el interior de mi piso. Alguien se cruza en mi vista. Guadalupe. Sé que voy seguir sangrando por la herida porque sé que me va venir a preguntar por ella.
Sí, no le había dicho a nadie que termine con Malu. Solamente lo sabía Depa porque claramente vivía conmigo y porque notó al minuto cuando ingresé al departamento ese mediodía después de terminar con ella.
Al llegar a mi lado me hace seña que le convide, se lo paso y ella le da la primera pitada en silencio hasta que abre su boca de mierda.
—¿Y María? Pensé que iba a estar antes que nosotros.
Escuchó el sonido de lo que se hace en esas veces que no salen risas y yo pienso como hacerle para decir lo que pasó y que no me pregunte más pero se que con la gorda sería imposible.
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tercer piso | wos
Fanfictionvalentin solo quería conocer más a la chica nueva del tercer piso.