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DE LOS ERRORES SE APRENDE
Dos horas antes...
María.
Lavo los tomates especialmente para salsa, la cebolla, morrón rojo y ajo, todo ante la atenta mirada de Joaquín que me conversaba algo al azar. Pongo la tabla de picar y comienzo con lo más fácil que son los tomates dejando para lo último a las cebollas por ahí que no sea cosa que esas estén más sensibles y desperdicie mucho su jugo y me haga hacer llorar.
—No quiero saber nada con él, siendo cien por ciento sincera.
Comento haciendo referencia justamente al chico que vivía a lado de este departamento.
—Vive acá nomás... Dudo que no vayas a saber nada de él. —se divierte Joaquín para sentarse en el borde de la alacena y comenzar a jugar con una naranja que sacó de encima de la heladera—. Igual... ¿Le crees?
Separó los tomates y miro a Joaquín que estaba hipnotizado con esa naranja para que no se le caiga al piso. Suspiró y tomo la cebolla, no sin antes lavarla después de descacararla.
—No sé... ¿Es imposible que alguna minita sea así con él? Digo si... —pienso dando el primer corte de la cebolla—. Es bastante conocido, muchas minas están detrás de él... Pero que inventé que salen. No sé. Yo vi los chats...
—Se pueden falsear igual.
Dejó la cebolla de lado y el cuchillo sobre la tabla para girar a mirar a Joaquín.
—No entiendo, me perdí... ¿Estás de su lado?
Joaquín deja de jugar con esa poronga para mirarme y encogerse de hombros.
—Soy hombre. Me pongo en su lugar si me pasará... No sería muy creíble. Deberías darle el beneficio de la duda y juntarte a hablar con él.
—No quiero verlo. ¿Qué parte de eso no entendés?
Joaquín vira sus ojos para bajarse de la mesada y comienzo a terminar de cortar las verduras para tirar en la sartén con aceite.
—Yo te tiro opciones que se yo... Ya te dije, antes de Gianluca o éste, no se muy bien quién es mejor, pero... Tampoco el peor.
Solo lo escucho no le contesto más. Observo como baja dos copas, bastante lindas, halago eso de su hermano y desaparece de la cocina.
Una vez que terminé de picar la verdura, corto trocitos chicos de carne para meter a la sartén después lavar las cosas que ocupe y secarme las manos para volver a la sala mientras dejaba que la verdura y carne se cocinen a fuego moderado.
