(35)
NORMALIDAD
Miércoles, 14/08.
María.
Golpeó dos veces aunque recuerdo que nadie me escucharía así que tocó el timbre de la casa de los Bianchini, no pasa mucho cuando la mujer me abre.
—¡Mi Malu! —me recibe con una sonrisa, subo los escaloncitos para fundirnos en un abrazo lindo y familiar—. ¿Cómo estás? Te extrañaba por acá.
—Ay yo también... —chillo mirándola y nos separamos del abrazo cuando ella me da un leve empujón para ingresé a la casa así ella pueda cerrar la puerta—. Voy a tratar de venir más seguido. ¡Ah! Riquísimo tu chocotorta.
La miro y ella se lleva la mano el pecho sonriendo.
—¿Entonces si te lo llevó Joaquín? Comencé a sospechar que por ahí no lo hizo.
Largo una carcajada y observo que la casa parecía estar medio vacía, vuelvo la mirada a la cara de la mamá de mi amigo.
—No Lucre, me lo llevo. Otro día te traigo tu tupper es que ahora vine de la facultad directo. —explico rápidamente seria.
—No hay problemas con eso hija, pasa. ¿Veniste por Joaquín?
—Si, si. ¿Está, no? —pregunto para asegurarme, ella asiente y me indica que pase con total libertad.
Le agradezco no sin antes preguntar por el papá de Joaquín, me contesta que estaba trabajando así que después de intercambiar algunas palabritas más subo las escaleras a la habitación de mi amigo. Conozco de memoria está casa y sus cosas, me siento en serio como si fuera mi casa.
Lucrecia y Joaquín me lo hicieron saber muchas veces así que actuó como si fuera mía, colgada y con algo de nervios por ahí camino a la puerta de mi amigo para darle un toque de nudillos e ingresar a su habitación.
Mala elección no esperar a que me diga que pase.
—¡María! —se queja rápidamente viéndome a mediados que se estaba colocando los boxers.
Así como abrí con una media sonrisa la cierro con una sonrisa apretada y muerta de la vergüenza.
—¡Perdón! —grito tapándome la cara y la boca.
Mi corazón late más de lo normal y solo me alegra el hecho de que no llegué a ver las partes más íntima de Joaquín porque literal iba a ser el colmo de todo esto.
—¡Me olvidé que vivías en carpa! —levanta la voz haciéndose el chistoso y viro mis ojos, me alivia un poco que se lo tomé con humor porque me trae recuerdos de lo que siempre fuimos, seguido de unos segundos en silencio escuchó su orden—. Ahora sí, pasa pervertida.
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tercer piso | wos
Fanfictionvalentin solo quería conocer más a la chica nueva del tercer piso.