Pasadas dos semanas, Harry podía asegurar que la universidad era mucho mejor de lo que había encontrado en internet.
A cuarenta minutos de su casa, Harry había encontrado en lo que emplear su tiempo libre de nuevo. Simplemente le parecía maravillosa. Increíble a la vez que estresante por la grandaria que representaba y estructuralmente moderna a la par que futurista.
En dos semanas de clases, el alfa ya había conocido a más personas que en todo su recorrido por el instituto. Le pareció más que satisfactorio poder encontrar por fin gente que se interesara como él en el mundo de la abogacía, que amara la justicia y que fueran de la mano con las leyes y derechos necesarios para la mejora de la sociedad.
También había que decir que en los primeros días de clase les hicieron pruebas para evaluar cuál era su nivel después del largo verano del que venían, en la mente de Harry traduciendo aquello como un apto o no apto en el nuevo curso.
Por eso mismo, después de una semana intensa, llena de nervios por su parte y tardes enteras dedicadas al estudio de temas anteriores; Harry podía decir que incluso el profesor más arrogante le había felicitado por los exámenes que había hecho; por lo que no tardó demasiado en volverse el tema de conversación en su clase. Pero ahí era diferente, pues mientras en el instituto veían mal el sacar tan buenas notas, ahí los mismos compañeros le halagaban y trabajaban entre sí para superarse poco a poco. Había compañerismo por cualquier rincón del campus estudiantil, y Harry jamás pensó amar tanto algo hasta que lo tuvo delante.
Su teléfono vibró encima de la montaña de papeles que yacían sobre su escritorio, siendo un Harry desesperado el que comenzó a tirar algunos folios hasta dar con el maldito cacharro.
—¿Zayn?— Preguntó recogiendo todo del suelo— ¿Qué pasa?
Zayn también había comenzado su carrera de administración de empresas justo el mismo día. Él decía que le gustaba demasiado, que era increíble la diferencia que había entre el instituto y estudiar al fin lo que quería. Pero en las palabras del moreno no había la misma pasión que cuando Harry hablaba de ello.
—Hola, ¿Estás estudiando?
—Acabo de terminar ahora, ¿Pasa algo?
—Sí, necesito que me ayudes con algo.
Harry dejó los papeles sobre el escritorio de nuevo, frenó sus movimientos mientras miraba a su alrededor buscando algo de ropa limpia que ponerse.
—Cuéntame.
—Necesito que vayas al instituto, recojas a Niall y lo lleves a mi casa. Le prometí pasar la tarde juntos y aún estoy en la universidad.
Harry se colocó una camiseta con práctica, buscó sobre el descontrol en el escritorio hasta encontrar las llaves de su coche y las guardó en el bolsillo de su pantalón.
—Está bien, yo lo acerco a tu casa.
—Gracias, te debo una.
Fueron un par más de palabras compartidas mientras Harry bajaba las escaleras de su casa y entraba en la cocina. Anne estaba ahí, con una sonrisa brillante dedicada solamente a él, cuando lo visualizó con sus fanales esmeralda que Harry heredó.
—Hola, tengo que irme un momento. Zayn me necesita, pero prometo volver pronto para merendar juntos.
—Ten cuidado, cachorro.
Harry dejó un beso en la frente de Anne y salió de la cocina tan rápido como había entrado. Miró el reloj de su teléfono para darse cuenta de que tendría que correr si quería llegar puntual.
ESTÁS LEYENDO
Eclipse || Larry
FanfictionLouis Tomlinson es un omega con mucho pasado por superar. Harry Styles es un alfa que lo tiene absolutamente todo para ser feliz. Ninguno necesita al contrario, pero sus partes animales no dicen lo mismo.