8. CHOCOLATE

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—¡Titanic!— Chilló Mathias casi levantándose del sofá. 

—No, Mathi. Piensa bien, están bailando. 

Louis se sentó mejor en la parte que le habían asignado del amplio sofá, mirando con concentración todos los movimientos que hacía Scott y riendo internamente por lo mal que lo estaba imitando.

—¿Grease?— Preguntó Mathias frunciendo un poco más el ceño. 

Scott lo miró sin creerse que aún no lo hubieran adivinado. Miró a Louis también y negó con la cabeza cuando éste le sonrió negando también. 

La verdad era que Louis ya sabía qué película estaba imitando el novato alfa hacía bastante, pero era gracioso ver como una persona como Scott jugaba a ese tipo de juegos. Él nunca quería jugar y cuando lo hacía siempre se negaba a imitar alguna película, hasta que hoy se lo pidieron y aceptó. 

—Scott, lo haces súper mal… 

El alfa bufó poniendo las manos en su cadera, mirando a su hermano con concentración mientras buscaba argumentos para debatir su opinión. 

—Dirty Dancing— Dijo Louis, llamando la atención de los dos. 

Scott celebró abrazando con fuerza a Louis, haciéndolo reír cuando Mathias se levantó del sofá con indignación, tirando varios cojines sin fuerza para mostrar su cabreo.  

—¡Estáis compinchados, eso no vale!

—¿Y esos gritos?— Preguntó Betty entrando al salón con su típica sonrisa. 

Jay la siguió enseguida. Miró a su hijo sin poder evitar otra sonrisa cuando lo vio sonriéndole débilmente a ella también. 

—¡Mamá! Scott y Louis se han compinchado para hacerme perder en mi juego favorito. 

—¿Adivinando películas otra vez?— Preguntó Jay sentándose en el sofá. Louis asintió con la cabeza a su lado. 

—Mathi siempre nos obliga, así que sí. 

Mathias dejó pasar el comentario de su hermano y se acercó a su madre para absorber su aroma, llenándose de tranquilidad y ganando varias caricias que consiguieron hacerle olvidar toda la maldad que quería desprender. 

—¿Hay algo para merendar, mami?— Preguntó Scott acercándose a su madre de igual manera que su hermano. 

—Os haría unas galletas pero no queda chocolate.

—¿Podemos ir a comprar? 

Betty frunció un poco el ceño. Buscó las palabras en su mente para negar sin que fuera demasiado vulgar, ni les hiciera sentir mal del todo. 

—Yo puedo acompañarlos— Ofreció Louis, viendo como Betty lo observaba ahora asintiendo con una sonrisa, agradeciéndole con la mirada que cuidara a sus hijos así. 

Fue por eso por lo que después de diez minutos en los que se cambiaron el pijama por algo de ropa y agarraron el dinero que Jay ahora les extendía, salieron de esa casa rumbo al supermercado más cercano. 

Al ser domingo, varias tiendas de la ciudad estaban cerradas y ellos, inocentes seres, solamente rezaban durante todo el camino entre risas para que el supermercado no lo estuviera y pudieran comer las deliciosas galletas que Betty hacía. 

Durante el camino, Louis solo pudo darse cuenta de que Scott y Mathias se habían vuelto parte bastante importante en su vida. Se convirtieron en sus hermanos, prácticamente. Ya no podía imaginar una vida sin sus cansinos comentarios cuando tenían hambre o querían jugar obligatoriamente a algo. 

Eclipse || LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora