33. TRENZAS

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Los labios de Harry fueron los causantes de que Louis despertara ese día.

Sintió un tirón en su cuello, que solamente se fue calmando cuando Harry le limpió con la máxima concentración que el omega hubiera visto jamás. Estaba seguro de que ni hablándole Harry sería capaz de hacerle caso y parar sus movimientos. 

Louis acarició despacio el cabello de Harry, haciéndole frenar un poco pero sin detenerse del todo hasta estar completamente seguro de que a su omega ya no le molestaba cómo había notado, causando eso que despertara de una manera acelerada. 

Harry miró la marca por varios segundos antes de seguir su vista hasta los ojos de Louis, esos azules ojos que ahora le miraban con algo de vergüenza presente en el rubor ligero de sus mejillas, siendo eso lo que provocó que Harry las besara varias veces antes de volver a mirarlo. 

—¿Estás bien, rey? ¿Te duele algo? 

El alfa apartó con cuidado el mechón que se situaba en la frente de Louis, haciéndole suspirar a la vez que lo veía negar con la cabeza. Buscó ese calor que Harry le había ofrecido durante toda la noche. 

Harry lo acogió contra su pecho sin pensarlo. Besó su frente y acarició con su nariz la nariz del omega, haciendo de sus respiraciones algo compartido cuando aspiraban el aire que expulsaba el otro. 

—¿S-Sabes que ahora sí que puedo detectar emociones? 

Harry sonrió entonces, mirando al omega, aunque él estaba demasiado ruborizado para devolverle la mirada, ocupado en morder con nerviosismo su labio inferior. 

—Eres un ser mágico, entonces. 

Louis subió su mirada hasta los ojos de Harry. Apretó sus labios y encogió sus hombros a la vez que veía la sonrisa que decoraba los labios de Harry, de una manera que provocó más velocidad en los latidos de su corazón. Y fue ese mínimo acto, el que provocó más intensidad en la sonrisa de Harry. 

Louis entonces lo besó para que dejara de sonreír, para que dejara de provocarle eso que era como una tortura personal vergonzosa pero placentera cuanto menos. Sentía lo que le molestaba aumentar descontroladamente, siendo ahora él el que sonrió cuando pudo percibir ese mismo sentimiento en Harry. 

El omega entonces supo que eso de saber lo que sentía Harry sería divertido; saber si su sarcasmo era verdadero en verdad, si los comentarios de la gente causarían lo que él dejaba mostrar, si era igual de calmado en todo momento… Pensamientos que pasaron rápidamente de la diversión a un suspiro cuando se alejaron. 

—Te voy a hacer el desayuno— Dijo Harry mirándolo— Llama a tu madre, ¿De acuerdo? Creo que llamó antes. 

Louis aceptó cuando asintió con su cabeza. Sintió una presión en su pecho cuando tuvo que dejar ir a Harry, aunque sólo fuera a la sala al lado, no sin antes aceptar el teléfono que éste le ofrecía. 

Podía ver los movimientos acelerados de Harry cuando salió de la habitación, como si él tampoco quisiera dejarlo solo por más de cinco minutos, con miedo a que se fuera aunque esa unión que ahora los consideraba uno fuera la cosa más poderosa de la sociedad y algo por lo que los dos ahora estaban unidos por siempre. 

Louis entonces marcó el número de su madre, comprobando que efectivamente, como había avisado Harry, la beta había llamado dos veces antes, siendo el sueño que tenían los dos lo que les impidió contestar. 

Se llevó el teléfono a la oreja. Respiró profundamente y se acostumbró poco a poco al ligero tirón que ahora mantenía en su cuello con algo de incomodidad, eso que hizo que Harry asomara la cabeza desde la puerta de la cocina y le regalara una sonrisa que consiguió liberarlo de esos pensamientos. 

Eclipse || LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora