23. CRISIS

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Louis se tumbó en su cama después de un largo día de estudio, pues a pesar de llevar solamente dos semanas en el nuevo trimestre del instituto, ya tenía varios exámenes que tendría que aprobar si quería empezar bien el nuevo año y la evaluación. 

Escuchó las escaleras chirriar con el peso de alguien, seguido de unos pasos rápidos por el pasillo hasta llegar a su habitación. Tocaron varias veces y abrieron la puerta. La cabeza de Scott se asomó pidiendo permiso. 

Louis simplemente palmeó la cama varias veces, sin levantar la cabeza ni abrir sus ojos, debido al cansancio que le abrazaba. El aroma intenso de alfa fue el que le confirmó que Scott había cerrado la puerta y ahora de había tumbado a su lado, mirándolo hasta que Louis abrió los ojos y también lo hizo. 

—Hola— Dijo el alfa con una sonrisa, contagiando a Louis.

—Hola, ¿Todo bien? 

—Sí, quería hablar contigo. 

Louis se giró hasta quedar completamente enfrente de él. El aroma de Scott perforaba sus fosas nasales y alteraba un poco a su omega. Le obligaba a sí mismo a recordarse que se trataba de Scott y no de alguien que quisiera hacerle daño. 

—Es una tontería, en realidad, pero me gustaría decírtelo… 

—Cuéntame— Susurró Louis, mirándolo con una leve sonrisa en sus labios, contagiando al menor.  

Scott suspiró con algo de nerviosismo, sonriendo más fuerte cuando se dio cuenta de ello. 

—Te considero mi hermano, Louis, y sé que Mathi también. 

—Yo a vosotros también Scott, igual que a Betty una segunda madre. 

—Lo sé y con mi padre tan lejos es bueno poder encontrar apoyo en otras personas… Cuando él informó que se iría para trabajar fuera, al principio fue un caos. Mi madre entró en depresión y mi hermano y yo no sabíamos cómo mantenerla cerca de su alfa para que no se hiciera daño. Fue cuando Jay llamó informando que vendríais y todo pareció quedar olvidado. Realmente nos salvasteis. 

Louis se quedó en silencio ante esa declaración. Prestó toda su atención a las palabras de Scott y la sonrisa comprensiva y agradecida que le regaló solamente por estar ahí escuchándolo. 

—Cuando tuve mi primer celo y confirmé ser alfa, mi madre respiró tranquila por la familia que estamos formando. Con todo esto quiero decir que en ningún momento espero que no te defiendas por tu propia cuenta, pero que estoy aquí para ayudar en todo lo que pueda, Louis, y a Jay también… 

El omega sonrió ante las palabras del niño. Abrió sus brazos a la vez que dejaba así que Scott lo abrazara y se acurrucara contra él, dejando también un beso en su frente cuando tuvo la oportunidad. 

—Gracias, Scott. Sabes que siempre podrás contar con nosotros también. 

No fueron muchas las palabras que intercambiaron después de eso. Los dos se quedaron en silencio y, en esa misma posición, el cansancio que los dos portaban se hizo presente para fundirlos en una agradable y poco profunda velada de sueño. 

No fue hasta algunas horas más tarde cuando unos pasos silenciosos pero intensos a la vez volvieron a llenar de sonido el fantasmal pasillo. Abrieron la puerta de la habitación de Louis y, sin dudar ni siquiera un poco, comenzaron a mover a alfa y omega para despertarlos con ansia. 

Louis abrió sus ojos aceleradamente. Observó aún con la oscuridad que entraba por la ventana las lágrimas que caían por las mejillas de Mathias. El alfa a su lado se levantó de la cama para intentar calmar a su hermano. 

Eclipse || LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora