3. PRIMER DÍA

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—¡Mathias que te lleves las gafas de vista! 

—¡Mamá, se van a reír de mí!

—¡Nadie se va a reír de tí! Y si se ríen, está Louis para defenderte ahora. 

Louis arqueó una ceja mientras cruzaba los brazos en su pecho, pero sintió el codazo de Jay recriminando su actitud egoísta al segundo. 

Pero él pensaba: Si no se podía defender a él mismo, ¿Cómo Betty pretendía que defendiera a Mathias también? No. Definitivamente no podía tener esa responsabilidad consigo mismo también. 

Louis salió de la cocina sin dejar de oír las voces de Betty y de Mathias, subió las escaleras con velocidad hasta pararse enfrente de la puerta del baño que le habían asignado a él y a su madre. 

Fue a entrar cuando otra puerta se abrió radicalmente. Scott salió de la habitación para clavar su vista totalmente en él. Sus pupilas estaban dilatadas, su olor era fuerte y su respiración estaba levemente acelerada. Louis se sintió palidecer. 

—S-Scott… ¿E-Estás bi-bien? 

El alfa asintió frenéticamente sin apartar la vista de Louis, humedeciendo sus labios mientras tomaba una bocanada de aire y el dulce aroma contrario se colaba en sus pulmones rasgando todo lo que tocaba. 

—Louis— Dijo firmemente mientras lo miraba con profundidad— Vete. 

El omega no lo pensó dos veces antes de desaparecer de ahí. Bajó las escaleras de nuevo casi cayéndose en cada peldaño, llegando con velocidad hasta donde su madre lo atrapó entre sus brazos. 

Respiró el aroma de su madre con ansia, llenándose de él mientras cerraba los ojos y apretaba la ropa que la cubría. Louis no podía pensar en nada más aún cuando la voz de su madre perforó su cerebro intentando calmarlo. 

—Lou, tranquilo cariño, estoy aquí. 

Louis se separó radicalmente, apartando el pelo que ahora cubría su rostro con fuerza, giró para ver que ahora estaban solos en esa amplia cocina cálida y con olores ya familiares. 

—Estoy bien— Dijo con velocidad, bajando el tono de su voz después— Estoy bien… 

—Bien— Contestó la beta con duda, acariciando con levedad la mejilla de su hijo— Betty y Mathias te esperan en el coche para iros. Sabes que puedes llamarme en cualquier momento, Louis, puedes volver cuando quieras. 

Louis asintió con velocidad, agarrando la mochila del suelo para colocarla sobre sus hombros. Dejó un beso en la frente de su madre, sin tardar más de dos minutos en salir de ahí y meterse en el coche que le llevaría a su tortura personal. 

La verdad era que Louis temía demasiado el volver a sentir aquello que lo hizo alejarse de Lincoln. Por eso mismo, cuando vio a Scott de esa manera, su cuerpo entero se colapsó sin saber qué hacer. 

Se prometió una y otra vez que jamás dejaría que nadie le tocara de esa misma manera, quería prometerse a sí mismo que jamás volvería a pasar y que si por alguna razón pasaba, haría lo que fuera por detenerlo. Sin embargo, cuando había visto a Scott ahí, mirándolo de esa manera y utilizando esa voz grave que podría hacer temblar a cualquier omega, Louis quiso morirse. 

Suspiró profundo intentando calmar sus sentimientos, porque ya veía como Betty lo miraba con poco disimulo de vez en cuando en algún semáforo en rojo. Supo que la omega ya sabía perfectamente lo que había ocurrido. 

Había quedado con Niall justo en la entrada del instituto. Entrarían juntos ya que le había dicho que le enseñaría todo lo que necesitaba saber para no sentirse incómodo o presionado por algo. 

Eclipse || LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora