Eclipse || Larry

11. PEQUEÑO REY

Dos días después de su celo, Harry suspiró profundamente al tiempo que abrazaba con fuerza a Zayn; ese alfa que ahora luchaba con su interior para no desprender las lágrimas que había estado conteniendo durante las últimas dos semanas. 

—Vamos Zayn, nos veremos en una semana, no es para que te pongas a llorar. 

—Pero no estás aquí… Eso duele Harry, siempre hemos estado juntos… 

—Tú siempre tan exagerado… Serás el primero al que venga a ver la semana que viene ¿Quieres? 

Zayn asintió mientras le regalaba una sonrisa sincera. Lo abrazó de nuevo y lo vio partir con un nudo en su garganta. 

La verdad era que para Harry eso tampoco era fácil. No se sentía del todo preparado para separarse de la única persona fuera de su familia que le juró estabilidad siempre y que estuvo para él cuando lo necesitó. Zayn era su hermano, y para Harry era igual de doloroso que para él. 

Tampoco había sido fácil con sus padres, oh Dios… Su madre había llorado como nunca desde que se despertó y su padre simplemente le dio una larga y tendida charla sobre la responsabilidad que ahora tendría que demostrar. 

Consolando a su madre, su padre entró en la cocina con su seriedad habitual, nada extraño de no ser por la caja que le extendió sin decir nada más, provocando que hasta su omega se girara a mirarlo con el ceño algo fruncido. 

—Lleva cuidado— Le había dicho su padre antes de abandonar la cocina de nuevo. 

Y fue cuando Harry giró la caja que había dejado en sus manos, que el dibujo perfecto de doce condones decoró su vista haciéndolo palidecer. 

Anne fue la que más vergüenza sintió, incluso más que Harry. Se disculpó con velocidad a la vez que le aseguraba que era mejor que los guardara, pues no estaba en una edad como para jugar con eso. 

Harry aseguró que no estaba centrado en eso, que la universidad era lo primordial para él y que para eso se iba; a pesar de que varios compañeros ya estaban enlazados y que era la edad que la sociedad determinaba correcta para enlazarse. Nada pudo convencerlos de que se llevara aquello por si acaso. 

Fue cuando Harry entró a su BMW que suspiró profundo dejando todo en el asiento trasero. Su móvil comenzó a vibrar justo en ese momento y sus manos locas lo buscaron por todo el lugar hasta que lo encontró. 

—¿Mamá? 

—Hola cachorro, ¿Has salido ya? 

Harry se quitó su chaqueta y la dejó en el asiento del copiloto. Tiró su cabeza hacia atrás y puso el altavoz. Encendió el motor de su coche haciéndolo rugir de más. 

—No, aún no. He venido a ver a Zayn para despedirme. 

—Oh, eso está bien. ¿Ya te has despedido de todos? 

Harry hizo un repaso mental, sin poder olvidar el toque sutil de unas manos suaves en sus brazos y la preocupación de un omega por su pasado celo. 

—Pues… ¿Sí? 

Anne se quedó en silencio más tiempo del normal. Desesperó un poco a Harry, pero sabía muy en el fondo que ese silencio se estaba llevando con él las palabras que sólo se transmitieron a kilómetros luz para instalarse en la mente de ambos. 

—Te vas a arrepentir si no vas a verlo. 

—Seguramente… 

—¿Y a qué esperas? 

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Louis le dio un último repaso a sus apuntes de matemáticas antes de suspirar, apoyándose en la silla de su escritorio y buscando con un simple movimiento de su mano la poca estabilidad que le quedaba.