No había un solo Janssen que tuviera tantas multas por exceso de velocidad como Danisa en la historia del clan familiar. Bueno, Azali en ese momento dio gracias por eso. Con una destreza propia de un piloto de carreras maniobraba por la autopista mientras la camioneta que llevaba a Bastian intentaba perderlos. Era la única oportunidad del secuestrador, estaba solo y todos sus compañeros estaban fuera de juego.
― Dispárale, ¡haz algo!
― Es inútil, es un vehículo blindado, sólo síguelo.
― La puta madre...
Dani apretó el acelerador y movió el volante hacia un costado esquivando a un camión que transportaba combustible. Lo menos que necesitaba era hacer un desastre monumental, más del que ya tenían frente a sus narices. Las horas nocturnas eran las que mejor aprovechaban los camioneros para transportar mercancías, lo que significa tener en la calle enormes moles de hierro que se movían a paso de tortuga.
― Tienes que tomar la próxima salida, tengo una idea.
Danisa asintió sin saber cómo puta haría para cruzar los 4 carriles cuando la carretera estaba llena de camiones.
Sin bajar la velocidad, activó el freno de mano y movió el volante haciendo que las ruedas chirriaran y el humo cubriera el pavimento. Azali observó el retrovisor viendo como el camión que venía atrás por el mismo carril frenaba. Ambos esperaban lo mismo, ambos rogaron que lograra mantener la estabilidad de ese gigante que conducía y para suerte de todos, el pobre hombre lo hizo.
― ¡Imbécil! ¡Loca!
Ninguno de los 2 terminó de escuchar todos los insultos que el camionero le lanzó a Danisa.
Bajaron a toda velocidad por el lateral del acceso, Danisa había seguido lo que Azali ordenó, sin embargo, no estaba demasiado convencida de eso.
― Lo perdemos.
― No lo haremos, tienes que pisar el acelerador, sobrepasarlo y bloquearle el paso.
Danisa tragó saliva.
― La camioneta volcará, Bastian.
― Confía en mí.
La chica cerró los ojos y se enfocó en la calle que se hacía más estrecha y que no estaba tan iluminada. Estaba fuera de la autopista, cualquiera podía venir por una calle aledaña y los haría volar por los aires. Podían morir y, lo que era peor, matar a alguien.
Era una jugada osada, sin embargo, Azali estaba confiado en la conductora que llevaba y de su capacidad para manejar esa super máquina de 4 ruedas.
― ¡Allá está!
La camioneta continuaba su rumbo por la autopista y aumentó la velocidad.
― Nos vio...
― Tiene que bajar en la próxima salida, mantén la velocidad y prepárate para sobrepasarlo.
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AMAZONIA S.B.O Libro 9 (Romance gay +18)
Romance"El amor todo lo puede... Ya no estoy tan seguro de eso, es difícil creerlo cuando miro tus ojos y sé que te estoy perdiendo". Bastian Driesen es un joven de 18 años que jamás se ha enamorado. Es bello, inteligente y tiene a todas las mujeres babean...