― Podrías haber conseguido otra terapeuta.
Damián apretó el tenedor cuando comía el omelette y escuchaba por enésima vez los reclamos de Martin.
― ¿Cómo quién por ejemplo? ¿Conoces a alguien más aquí?
Señaló con el tenedor al tiempo que Martin se cruzaba de brazos, e iniciaba una nueva discusión.
― Esa no es excusa.
― ¡Es que no excusa maldita sea! — replicó molesto —. Giovanna es la mejor que conozco. No vamos a traer a Emiliano aquí porque tiene demasiado trabajo en Sudáfrica. Y no voy a arriesgarme con cualquier persona para tratar a tu hermano porque me importa tanto como a ti.
― ¿En serio? — indagó con ironía.
― Martin, ¿no es demasiado temprano para que empieces con tus ataques de celos?
― He visto como le miras el culo...
Damián comenzó a reír y se rascó la barbilla, Martin sacaba las conjeturas más desopilantes.
― Eso sería bastante gracioso, considerando que tú también se lo has mirado por lo que haces ese comentario.
― No estás negando que lo has hecho.
― Listo, es hora de salir a tomar aire antes de que te aviente un plato.
Damián se puso de pie y caminó hacia la puerta. Martin lo siguió sujetándolo del brazo y girándolo hacia él.
― Dime la verdad.
― ¿Qué quieres que te diga?
― Anoche cuando me lo hacías pensabas en ella.
― ¿Estás loco?
Damián frunció el ceño, sin entender que pasaba por la cabeza de su esposo.
― Gemías raro, detenías el ritmo y me besabas dulcemente, como si se lo estuvieras haciendo a una mujer.
El médico se refregó la cabeza, desarmando la maraña de rulos, en algún momento esto tenía que parar.
― Por Dios, hombre, lo hice lento porque en la tarde me dijiste que tenías molestias al sentarte. De hecho, te iba a dejar descansar o pensé que quizás tú me lo harías, pero, no, te abalanzaste sobre mí apenas puse mi espalda en el colchón.
Martin asintió sin dar crédito a lo que escuchaba. Quería llegar más allá. Encontrar algo que le demostrara que tenía razón.
Entonces, se le ocurrió una idea para sacar a la luz los sentimientos de Damián por "la medicucha de cuarta", como le llamaba él cuando Giovanna aparecía con su sonrisa impecable y su apariencia sublime.
― ¿Es buena?
― ¿Disculpa?
― No te hagas el sordo.
ESTÁS LEYENDO
AMAZONIA S.B.O Libro 9 (Romance gay +18)
Roman d'amour"El amor todo lo puede... Ya no estoy tan seguro de eso, es difícil creerlo cuando miro tus ojos y sé que te estoy perdiendo". Bastian Driesen es un joven de 18 años que jamás se ha enamorado. Es bello, inteligente y tiene a todas las mujeres babean...