Kaz había bajado del avión y sentía como si le hubieran inyectado adrenalina.
― ¡Carajo! ¡Contrólate imbécil!
Se lo dijo mientras se prendía la camisa luego de una ducha, que había resultado tener el efecto contrario porque tenía más calor que cuando había llegado.
Salió de su casa, el sol se estaba ocultando y Sharik le dijo que ya estaba en casa.
― ¿Te gustó la cama?
― Me gustará más cuando tú estés en ella.
Maldito infeliz, sabía tocar los botones correctos y ponerlo a vibrar como un maldito masajeador.
Saltó dentro del deportivo y llegó en 10 minutos al departamento de Sharik. Se arregló el cuello de la camisa y caminó hacia el edificio, subiendo por las escaleras ya que necesitaba moverse de lo contrario, su corazón explotaría. Lo deseaba como nada en el mundo, la voz de Sharik todavía estaba en sus oídos incluso días después de escucharlo. Y esto lo descolocaba y al mismo tiempo, lo ponía feliz.
Golpeó la puerta y Sharik salió a recibirlo cubierto con una bata. Su cabello todavía húmedo, sus mejillas rojas y se mordía el labio ansioso.
― Hola...
― Hola...
Kaz le dio una sonrisa ladeada y lo empujó al interior del departamento.
― ¿Me extrañaste?
― Más que tú seguro, ni siquiera me respondiste el celular.
― Fue tu culpa, por ser un coqueto.
― Imbécil.
Respondió Sharik, todavía ofendido cuando Kaz lo llevó hacia él y lo apretó entre sus brazos y su nariz fue bajo su mandíbula.
― Te he extrañado horrores, no pensé que dolería tanto estar lejos de ti.
Dio un chupetón y un rastro de saliva comenzó a poblar la mandíbula. Besos muy húmedos, el primer gemido resonó en la pequeña sala, y las manos de Sharik fueron al cuello del hombre.
Sus bocas se unieron en un beso picante, lleno de ganas contenidas, de esas que ambos se tenían y eran innegables. Kaz tiró de la cinta de la bata y la deslizó sobre los hombros, encontrándose con un babydoll negro de encaje.
― ¿Esto es para mí hermoso?
Sharik asintió con timidez sin observarlo, cuando las manos de Kaz comenzaron a recorrerlo por todos lados.
― ¿Te gusta?
― ¿Si me gusta? Me encanta, tú me encantas, con esta prenda o sin ella, sobre todo sin ella.
Ambos rieron y volvieron a besarse con furia, las bocas se abrieron y las lenguas se enredaron buscando asumir el control de la otra.
Los labios entreabiertos de Kaz recorrieron el cuello y se dirigieron al pecho, descolgando uno de los breteles de la prenda y succionando sobre uno de los pezones haciendo que el pene de Sharik se despertara y comenzara a frotarse contra el jean de Kaz. Succionaba con fuerza, luego aflojaba y hacía círculos con su lengua, al tiempo que jugaba con los breteles. Lo mismo hizo con el otro hasta que decidió que mordisquear era mucho más excitante.
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AMAZONIA S.B.O Libro 9 (Romance gay +18)
Romance"El amor todo lo puede... Ya no estoy tan seguro de eso, es difícil creerlo cuando miro tus ojos y sé que te estoy perdiendo". Bastian Driesen es un joven de 18 años que jamás se ha enamorado. Es bello, inteligente y tiene a todas las mujeres babean...