67- ¿Podemos intentarlo?

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El dedo índice rozó los labios rojos e hinchados, Sharik todavía continuaba entre las piernas de Kaz, el sudor caliente, poco a poco, comenzaba a enfriarse, y sus cuerpos después del torbellino de pasión irrefrenable se relajaban

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El dedo índice rozó los labios rojos e hinchados, Sharik todavía continuaba entre las piernas de Kaz, el sudor caliente, poco a poco, comenzaba a enfriarse, y sus cuerpos después del torbellino de pasión irrefrenable se relajaban.

― ¿Qué miras tanto?

Sharik negó divertido y salió lentamente del interior del hombre, quien frunció el ceño de dolor.

― Jamás pensé que serías así.

― ¿Así cómo?

― Tan... entregado a la pasión con un hombre.

Kaz le dio una sonrisa y acarició el cabello lacio, esos ojos grises deberían estar prohibidos.

― Y lo dice el chico tímido que, a simple vista, no mataría una mosca.

― Las apariencias engañan.

― ¡No me digas! — agregó, entre irónico y risueño.

Se quedaron en silencio por unos minutos, sus respiraciones calmas llenando sus oídos. Sharik se acomodó entre los musculosos brazos, y Kaz le dio un beso en la frente.

― ¿Cómo has estado? ¿Cómo está tu hermano?

― Le dan pocas posibilidades de vida...

Los orbes acero de Sharik se entristecieron, la mueca divertida y seductora mutó a una sombría y dolorosa. Kaz lo rodeó con más fuerza y lo arropó entre su cuerpo.

― Lo lamento tanto.

― Tú eres lo único que me hace olvidarme de todo esto, ¿te imaginas cómo me sentía cuando no respondías mis llamados? Con Bastian lejos, eres el único con el que puedo hablar abiertamente lo que me sucede.

Kaz se sintió como un bastardo, ni siquiera merecía tener en su vida alguien así de maravilloso y dulce. Pero, su naturaleza era más fuerte, su lado duro aparecía constantemente y arruinaba cada momento idílico.

― ¿Por qué tenía que pasarle esto a él?

― Porque es un habitante de este planeta, hombre, ¿piensas que ser tu hermano lo hace especial?

Allí estaba, el tono hosco y gruñón que buscaba desterrar, pero era más fuerte que él. Sharik afirmó la cabeza en el pecho a la altura de su corazón y se dedicó a escuchar el dulce sonido que venía en forma de palpitaciones. El rubio puso los ojos en blanco.

― Perdona, a veces, soy un imbécil.

― Está bien, supongo que tienes razón.

― No, no la tengo, Sharik. Tú necesitas consuelo, me estás contando algo terrible y yo actúo como un robot.

Sharik volvió su vista hacia él de nuevo, y la sonrisa más dulce en el rostro más hermoso con el que se había deleitado en su vida apareció.

― Llámame loco, pero, me gusta tu personalidad, que seas duro. Yo, a veces, resulto demasiado sensible.

AMAZONIA S.B.O Libro 9 (Romance gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora