"El amor todo lo puede... Ya no estoy tan seguro de eso, es difícil creerlo cuando miro tus ojos y sé que te estoy perdiendo".
Bastian Driesen es un joven de 18 años que jamás se ha enamorado. Es bello, inteligente y tiene a todas las mujeres babean...
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― Ya te lo he dicho, Hayden, no tengo mucho más que decir.
Brandon, Hayden y su asistente, Yamina observaban las fotos de los Awá, tenía cientos de ellas.
― ¿De dónde las sacaste?
― Tengo mis trucos.
― Estoy seguro de que este es el pueblo, es muy similar al dibujo de Bastian.
― Lo sé, el tema es que, además de estas maravillosas imágenes, no hay nada que los conecte con tu vida o tu pasado familiar.
― Es como estar en cero.
― Bien, repasemos, me dijiste que tu abuelo paterno que es de donde empiezas a conocer algo proviene de Gran Bretaña, ¿qué hay del de tu abuela paterna?
― No lo sé realmente, la mujer que crio a mi padre no era mi abuela, ella murió al dar a luz, es lo que siempre dijeron, aunque no tengo información al respecto ¡Todo bien podría ser mentira!
― ¡Lo ves! Señoras y señores tenemos una pista.
Yamina rio ante la euforia de Hayden quien se humedeció los labios y abrió las cortinas de la enorme sala de trabajo.
― Necesitamos esa información, pregunta a tu padre, a tus tíos, a los vecinos, a cualquiera que pueda darte un indicio.
― No es tan sencillo.
― Ya lo sé, genio, sin embargo, ahora tenemos algo de lo que agarrarnos.
― ¿Y si sólo es una pérdida de tiempo?
― ¿A qué te refieres?
― El dibujo, el sueño, el suicido de Patrick, la muerte de mi hermana, el sonambulismo de Bastian y si son una mera casualidad.
― ¿Tú piensas eso?
Hayden frunció el ceño con incredulidad, Brandon se humedeció los labios y dio un enorme suspiro.
― No sé qué pensar...
― ¿Quieres resolver esto o no?
― Sí, pero entiende, para mí todo esto es...
― Hey — Hayden levantó su mano —. Sé que esto no es para lo que te formaron, tu mente racional lucha por alejarse de esta especie de misticismo. Yo creo que es interesante, que hay una gran historia atrás que debes saber y a mí, como simple espectador me encantaría conocer.
― ¿Entiendes lo que significa? Debería dejar lo que estoy haciendo, posponer mis planes sólo para volver a mi país y seguir ¿qué? ¿un fantasma?
Hayden se cruzó de brazos y le dio una mirada severa, era hora de tomar esto con responsabilidad.
― Dime una cosa, Brandon, ¿qué sentiste cuando tu pequeño amor apareció en medio del agua flotando?
Brandon tragó saliva y el calor subió por su cuerpo, su piel se erizó como su hubiera sufrido un shock eléctrico.
― No vuelvas a decir eso.
― ¿Te dolió?
― ¿Qué clase de pregunta es esa?
― Una que te debe hacer mover el culo y dejar que tu lado subjetivo tome las riendas. No busques en la realidad, esto tiene mucho de magia, acéptalo y lucha para que eso que sentiste jamás vuelva a ocurrir.
― Tú no entiendes.
― ¿No? ¿alguna vez los Driesen te contaron como los conocí?
― No hemos hablado de eso.
― Karim, mi esposo, estaba casado con 30 mujeres y vivía en los Emiratos Árabes.
― ¿Qué?
Brandon apoyó sus antebrazos en la mesa sobre las fotografías, y Hayden hizo lo mismo.
― Sí, su familia me contrató para que lo fotografiara "el hombre más joven del mundo con un harén"
― ¿Tú lo conocías?
― Habíamos tenido un romance adolescente y de ahí, nunca más.
― ¿Fuiste sabiendo que le trastornarías la vida?
― Oh sí, y cómo lo volví loco, no tienes idea.
Brandon tosió y se sonrojó al tiempo que Yamina continuaba archivando unas carpetas y dio una risilla nerviosa.
― ¿Y cómo lograste sacarlo de ahí?
― Su primera esposa me acusó de secuestro por ayudar a Yamina a salir de esa vida en la que se convertiría en una triste niña casada con un enfermo y a Karim de sodomía.
― Bajo la ley de la Sharia deberían...
― Sí, ambos deberíamos estar muertos, pero tuvimos a Chris Janssen que es un abogado excelente y Martin hizo todo a su alcance como miembro de la embajada. Karim fue desterrado tiempo después. Te piensas que en algún punto me dije "nah, eso es demasiado, mejor lo dejo". Incluso cuando las posibilidades son nulas y las creencias inútiles, tienes que seguir...
Brandon se puso de pie y se cruzó de brazos enfocado en el ventanal que daba a un jardín de árboles frondosos. La casa de Hayden estaba llena de vida y era una combinación entre lo árabe y lo occidental, la pasión y lo cándido.
― ¿Qué quieres que hagamos?
― ¿Hagamos?
Hayden se puso rígido.
― Sí, ni creas que voy a seguir esta locura solo, necesito alguien que atestigüe mi demencia cuando me encierren en el psiquiátrico.
― ¿Qué dices Yamina? ¿vale la pena? — la chica se encogió de hombros.
― Creo que sí, además, mi hermano quería viajar contigo en un plan de locura.
― Cierto.
Hayden chasqueó los dedos recordando lo que su esposo le había dicho, esta vez le cumpliría su deseo.
― Bien, teniente, prepárate, en un par de días partimos a EE. UU.
